Magaluf ha dejado atrás el 'mamading' y se esfuerza por cambiar su modelo turístico. Arranca la quinta temporada de modernización de la planta hotelera y de búsqueda de otro perfil de clientes para esta consolidada zona turística. Sebastià Darder explica las claves en la entrevista concedida a mallorcaiario.com.
Hace algunos años, Magaluf y Palmanova iniciaron un proceso de transformación. Llegados a este punto, ¿qué supone 2017 en este proceso?
Llevamos desde los años 2012 y 2013 invirtiendo la mayoría de productos hoteleros una gran cantidad de dinero. A día de hoy, el 70% de la planta hotelera de Palmanova-Magaluf está totalmente renovada. Está claro que la Ley General Turística nos ha dado la suficiente capacidad para poderlo afrontar. El plazo acabará pronto pero los hoteleros que han quedado atrasados tendrán tiempo de poder presentar sus planes de modernización y mejora ante la Conselleria y el Ajuntament. Nuestra relación oferta-calidad ya es media-alta.
Esta apuesta por la calidad parece imparable. ¿Qué puede pasar con quien no se haya puesto al día?
Si hablamos de la oferta complementaria, sin ser la persona más indicada, está claro que por ejemplo en el comercio no vemos que se haya hecho el esfuerzo que nosotros esperábamos. El comercio de aquí es un gremio que no está muy unido y todo el mundo va por libre. Además, su temporada es muy corta para ellos con 6-7 meses de actividad. Yo comprendo sus razones y sus excusas pero entiendo que no están en la misma onda. Deben tener en cuenta que los clientes rechazarán este tipo de establecimientos que no hayan sido mejorados. Hay excepciones pero les queda mucho por hacer.
El cliente, el turista, decidirá....
Piense que su competencia será enorme. Por ejemplo, el nuevo hotel Jamaica que abrirá en 2018 ya incluye una zona de comercios de alta calidad, de moda... y esto les asusta un poco. Deben afrontar el reto de la competitividad.
El cierre de BCM hará daño. A mí me sabe mal.
El Ajuntament de Calvià ha presentado esta semana la que ha bautizado como 'Segunda reconversión de Magaluf'. Con estos planes de mejora del entorno, ¿se sienten ustedes acompañados?
Hasta ahora hemos tenido buena sintonía con el ayuntamiento, con el alcalde y con su equipo en materia de turismo. Hay un entendimiento y percibimos una consideración especial con este cambio del destino que promovemos los hoteleros. Lo que falta es que inviertan más dinero público en las áreas públicas, que buena falta hace. Rehacer la Avinguda de Magaluf ya es agua pasada. El año pasado se hizo un nuevo aparcamiento. De acuerdo, pero faltan más proyectos. Las remodelaciones en las playas de Palmanova y Magaluf previstas son un buen síntoma pero nosotros aún queremos más, que sean más generosos en la inversión pública.
¿Qué porcentaje de la planta hotelera estará abierta esta Semana Santa?
La semana que viene habrá casi un 60% de hoteles abiertos, esto son 51 establecimientos con 16.000 plazas abiertas. El año pasado, que cayó en marzo, fueron solo 18 hoteles los que abrieron, con tan solo 7.600 plazas. Pero el dato más positivo es que del día 13 al día 17 la ocupación será del 79%. Y hasta el 21, un 76%. Son datos muy, muy, muy buenos para un mes de abril.
En unos años, el turismo de borrachera desaparecerá de Magaluf por completo.
Con el camino iniciado hacia la modernización y el cambio del perfil de cliente buscado, ¿el turismo de borrachara está camino de la desaparición?
Nosotros los intentamos y vamos a por todas. Está claro que nosotros no apostamos por este tipo de turista. Apostamos por un tipo de turista igualmente joven, pero sano, que tenga otras cosas que hacer que no sea la borrachera diaria. Los hoteles ofrecen ahora conceptos novedosos de música, terrazas abiertas por la noche, y conciertos, con la finalidad de que el cliente no moleste por la calle y quede cautivo en el hotel. Efectivamente, nuestra idea es que en unos años el turimo de borrachera desaparezca de aquí por completo. De hecho, ya se observa el decaimiento de Punta Ballena. Está constatado que hace 4 ó 5 años en Punta Ballena había hasta 15.000 personas y queactualmente es transtable. La gente ya no acude a este tipo de establecimientos.
¿Ayuda a este objetivo la prohibición implantada para este año de exhibir alcohol en los escaparates de los comercios?
Sin duda. Todo lo que sea quitar incitación al alcohol nosotros la vemos con muy buenos ojos. En general, las nuevas ordenanzas están funcionando y se aplican con muy buen criterio.
Esta temporada se abre con una novedad. Por primera vez en décadas, la discoteca BCM arranca con una orden de cierre. ¿Qué impacto puede tener este hecho en la zona?
Considero que de bien nacids es ser agradecido. Quiero decir que BCM, dentro del cúmulo de despropósitos que ha podido tener, representa un estilo de diversión que a mí me sabe mal que cierre. Es como un cierre de Pacha en Ibiza. BCM es un reclamo para la gente joven que se quiere divertir y se sabe divertir. Sí tendrá incidencia. BCM promovía una gran cantidad de gente que venía por el nombre que tenía, en Inglaterra y desde Mallorca. Evidentemente, el cierre hará daño.
La Federación Hotelera ha emprendido uina cruzada contra las prácticas de los ya conocidos como 'abogados piratas'. Son británicos y actúan con clientes británicos. Esta es la zona de mayor concentración de turismo británico. ¿Cómo lo están viviendo?
El asunto es complejo. Son abogados inmorales que captan clientes inmorales y nos han llevado a una situación alarmante. Piense que hoy aún siguen llegando reclamaciones a diario de clientes que tuvieron una supuesta indisposición de origen alimentario; y esto porque tienen hasta 6 años para hacer la reclamación, y si son niños hasta que alcanzan la mayoría de edad. Nuestros hoteles son de los más afectados. El verano pasado ya los vimos paseando por aquí. Estamos indefensos por culpa de las cláusulas abusivas que tenemos firmadas con los touroperadores.