El Museu de Mallorca abre este martes la exposición ‘Viajar para pintar. Sorolla en Mallorca’, con las obras que el pintor valenciano hizo en la isla en 1919, organizada junto al Museo Sorolla, en el marco del proyecto por el centenario del pintor 'Sorolla. Viajar para pintar'.
La muestra organizada en colaboración con el museo estatal y la Fundación Museo Sorolla, y comisariada por la conservadora Blanca de la Válgoma, se podá ver hasta el 8 de septiembre y forma parte del proyecto que constituye uno de los ejes vertebradores de la conmemoración del centenario del fallecimiento de Joaquín Sorolla, ha informado el Ministerio de Cultura en un comunicado.
'Sorolla. Viajar para pintar' busca llevar las obras del pintor a los principales enclaves donde fueron ejecutadas, en su mayoría al natural, a través de una serie de muestras de gabinete. Tras las exposiciones en San Sebastián, Toledo, La Coruña y Valladolid, ahora llega al Museo de Mallorca.
‘Viajar para pintar. Sorolla en Mallorca’ aborda la estancia que el pintor valenciano hizo en la isla en el verano de 1919, tras finalizar el proyecto ‘Visión de España’ para la Hispanic Society of America, que le había ocupado buena parte de los ocho años anteriores.
Se trata de un viaje de especial relevancia para la trayectoria del pintor, ya que las pinturas realizadas en Mallorca suponen la última visión del Mediterráneo de Sorolla, que el siguiente junio sufrió la enfermedad que le apartó de la pintura hasta el final de su vida tres años después.
Sorolla viajó a Mallorca acompañado de su mujer, Clotilde, y su hija Elena. La familia visitó durante su estancia algunos de los lugares más emblemáticos de la isla: Palma, Artà, la costa de Valldemossa y Pollença. Fue en esta última zona donde Sorolla encontró el lugar en el que llevó a cabo una de las series más sobresalientes de su carrera, en Cala San Vicente.
Después de unos años en los que había estado fundamentalmente dedicado a los tipos y paisajes de la 'Visión de España', en Mallorca Sorolla volvió a entregarse al paisaje mediterráneo, recreándose en los juegos de la luz sobre el agua cambiante del mar y las angulosas formas de la caliza.
Libre de encargos, Sorolla pintó en la isla para sí mismo, experimentando con texturas, pinceladas y colores que con frecuencia se separan del natural en un ejercicio de pintura pura. Sin duda, lo que más interesa al pintor son las variaciones de luz y color que el sol va creando en el paisaje a lo largo del día.
La exposición reúne, por primera vez, las pinturas realizadas en este enclave, que incluyen los nueve paisajes que forman la serie: siete de ellos, de la colección del Museo Sorolla, junto a dos préstamos de Es Baluard-Museu d'Art Contemporani de Palma y de una colección particular.
Además, se mostrará un cuadro de una payesa y dos interiores mallorquines poco conocidos. La muestra se completa con fotografías del viaje y una serie de útiles del pintor.
El catálogo que acompaña a la exposición incluye ensayos de, Blanca de la Válgoma, conservadora del Museo Sorolla; y de Acacia Sánchez Domínguez, técnico del Museo Sorolla.
El programa ‘100 años del fallecimiento de Joaquín Sorolla’, homenajea a Sorolla como el gran pintor ‘plenairista’ español de su época y viajero infatigable, investigando su estancia en los diferentes destinos para aportar nuevos conocimientos sobre su prolífica producción. Además, ha permitido hacer llegar la obra del pintor a lugares de España donde generalmente no se pueden ver.