En concreto, en la Península Ibérica han fallecido un total de 22 ejemplares de lince este año, dos de ellos en Portugal, donde uno ha muerto por envenenamiento. El resto, según ha detallado Suárez, han fallecido a consecuencia de peleas, causas naturales o enfermedades. Suárez ha explicado que gracias al programa de cría en cautividad del lince repartido por la península Ibérica "siguen naciendo cachorros". De hecho, en 2016 se soltarán más de 40 linces nacidos en cautividad lo que, a su juicio, es una "muy buena noticia" porque significa que el trabajo de reintroducción continúa alimentando las cuatro nuevas poblaciones (dos en Castilla-La Mancha, una Extremadura y una Portugal), que son "el futuro de la especie". Así, WWF espera que entre 2016 y 2017 los linces empiecen criar de forma natural en el campo.
En este contexto, Suárez ha hecho balance de un año que ha sido "bueno, por no decir que muy bueno" porque, de acuerdo a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el lince ibérico ha salido de la situación de 'peligro crítico' y ha pasado a estar 'en peligro'. Desde su punto de vista, esto quiere decir que, aunque queda "mucho" por hacer, las iniciativas desarrolladas en los últimos diez años han funcionado. "Es una buena noticia", ha subrayado. Según ha destacado Suárez, la segunda gran noticia del año ha sido que, por primera vez, se ha criado en Extremadura linces que provenían del programa de reintroducción que desarrolla el proyecto LIFE+Iberlince. "Era una noticia inesperada", ha confesado el responsable del programa de conservación de especies de WWF España, quien asegura que ha sido algo que les ha transmitido "esperanza" y confirmado que van "por la buena vía". En tercer lugar, Suárez destaca también, en declaraciones a Europa Press, que el efecto de la crisis de escasez del conejo, sobre todo en Doñana y Andújar, "se ha atenuado un poco" gracias al "esfuerzo" que se ha hecho desde el proyecto para "frenar este bache".