Puigserver asegura que los recursos que las administraciones públicas y organizaciones sociales ponen a disposición de las personas sin hogar resultan suficientes: Casa de família, Ca l'Ardiaca, Es Refugi, Sa Placeta, el servicio de alojamiento municipal de Palma... que cuentan con casi 500 usuarios en total. El Alberg de Transeünts de Manacor es otro espacio que dispone de camas para pasar la noche y que próximamente se habilitará también como centro de día. Mientras, en la comarca del Raiguer se busca otro centro para convertirlo en albergue e incluirlo en la red de alojamiento para los sintecho.
Además, el personal de la Creu Roja que integra las Unidades móviles de emergencia social (UMES) recorre cada noche las calles para ofrecerles atención asistencial. Los sintecho rechazan habitualmente acudir a un albergue para pasar la noche, a pesar de disponer de plazas gratuitas que son bloqueadas para casos de emergencia, especialmente durante el invierno.
"No quieren ir a un albergue porque padecen algún tipo de patología mental, una adicción a las drogas o al alcohol o consideran que se les priva de libertad", indica la consellera. Estos son los principales motivos por los que se niegan a abandonar la calle, según han constatado mediante el estudio elaborado por las entidades de la Xarxa d'Inserció Social. Puigserver defiende que las normas que condicionan la estancia en estos refugios son "mínimas", tanto de comportamiento como de horarios. "Pierden la sensación de libertad, por eso renuncian a acudir a uno de estos centros".
La estadística de personas sin hogar en Mallorca no era tan detallada hasta que se realizó el primer recuento de sintecho, aunque anteriormente ya existían datos obtenidos gracias al trabajo realizado por la Creu Roja en las UMES. De las 156 persones que en 2015 vivían de manera permanente en la calle en la isla, la mayoría eran hombres (132, 87%), de entre 40 y 59 años (77, 51%), españoles (54, 56%), tenían estudios básicos (49, 58%), residían en Palma (131, 86%) y llevaban en Mallorca 10 o más años (45, 59%). Cabe señalar que no todos los encuestados quisieron responder a todas las preguntas.
La cifra de personas que se quedaron en la calle aumentó con la crisis económica. 56 de ellos reconoció que la primera vez que se vio en esta situación fue entre 2010 y 2015, un 62% de los que contestaron. "Antes no había tanta gente sin hogar", reconoce Puigserver. "Muchos de ellos son víctimas del boom de la construcción". En este sentido, el estudio constata que un 71% de personas (67) están en la calle por la falta de trabajo y dinero.
Respecto a las condiciones en las que viven, casi la mitad (73) están en grupo en la calle y presentan unas malas condiciones de higiene, así como un mal aspecto físico (76). Igualmente, un total de 116 persones tienen alguna discapacidad física visible y 61 presentan síntomas de sufrir problemas de alcoholismo.
Durante el verano, estas cifran varían por la llegada de personas de países del este de Europa que vienen a la isla "para trabajar, buscarse la vida o ejercer la mendicidad y se marchan al acabar la temporada", señala la consellera. Se trata de un tipo de inmigración estacional que únicamente se registra durante la época estival y que opta por dormir en un coche, bajo un árbol o en una playa.
Inserción social
El IMAS pretende, mediante el análisis de los datos recogidos, seguir trabajando en el Pla de Lluita Contra la Pobresa para mejorar las condiciones de las personas sin hogar. "Lamentablemente son pocos los que abandonan esta situación", reconoce Margalida Puigserver. En la mayoría de casos, al no estar empadronados en un ayuntamiento, no pueden acceder a recursos públicos. "Le decisión que ha adoptado el Ajuntament de Palma es importante y necesaria". Cort ha anunciado que empezará a empadronar personas sin techo o que viven en infra-viviendas a partir de enero de 2017. El consistorio permitirá que las personas sin hogar accedan a todos los servicios: catálogo de prestaciones, ayudas, acogida municipal, asistencia básica, formación... y no sólo a los servicios de Bienestar y Derechos Sociales, sino también a servicios como la Sanidad.
Por otro lado, en 2017 se implementará un proyecto piloto en la isla: 'Housing First'. Siguiendo los pasos de la Generalitat de Catalunya, el IMAS apostará por priorizar el acceso a una vivienda permanente, digna y adecuada a sus circunstancias como punto de partida del proceso de inserción social de las personas sin hogar. Se trata de un modelo de servicio a los sintecho que se originó en Estados Unidos. Así, Puigserver adelanta que el Consell insular alquilará pisos a través del IBAVI que se destinarán al denominado 'Programa de garantía de vivienda', aunque todavía se están definiendo los pliegos de este proyecto. El programa contará con un presupuesto de 300.000 euros. Asimismo, la conselleria de Benestar i Drets Socials estudia la posibilidad de colaborar con el Ajuntament de Palma para crear un servicio de emergencia destinado a personas en riesgo de exclusión social.
Càritas, Creu Roja Balears, Ajuntament de Palma y la UIB son las entidades e instituciones de la Xarxa d'Inserció Social que, junto a los voluntarios, han colaborado en el primer recuento de personas sin hogar en Mallorca. La Xarxa prevé elaborar un nuevo recuento durante el mes de marzo de 2017 para analizar la posible evolución de las personas que viven de forma permanente en la calle. El próximo estudio contará con la ayuda de los departamentos de servicios sociales de todos los municipios de la isla.