"En Japón, a pesar de que no me había operado, el mero hecho de mover el dedo gordo para arriba me dolía, y no entendía el porqué; la fractura era casi completa pero no acababa de ser completa y no entendía que me doliese tanto, era un dolor exagerado para la lesión teórica que tenía", explicó Jorge Lorenzo.
"Me fui preocupando a medida que pasaban los días y veía que la lesión no evolucionaba, por eso decidimos volver a Europa y hacer más análisis con máquinas diferentes y en las que se viese de manera más precisa las lesiones o los ligamentos, y ahí se vio que tenía una rotura del ligamento, y con una artroscopia pudieron operarla y juntarla otra vez", relató el piloto de Ducati.
Ya, sobre su posible rendimiento sobre la moto, Jorge Lorenzo dijo no saber aún cómo se encontrará: "Mañana lo veré; saldremos y veremos qué tal, pero la lesión está evolucionando muy rápido, la movilidad ha mejorado pero tengo muy pocos días de margen entre que me he quitado el yeso y que vaya a correr".
"Es un fin de semana para no dar tantas vueltas y para estar atento, sobre todo de no caer, y de probar a hacerlo lo mejor posible sin asumir excesivos riesgos", reconoció el campeón de Palma.