Islas Baleares, un archipiélago que enamora a todos sus visitantes

mar playa costa

Las Islas Baleares son un destino turístico nacional e internacional de gran calado. Cada año llegan a este archipiélago millones de personas que desean conocer sus playas, su gastronomía, sus encantos naturales y por supuesto su fiesta, pues si hablamos de Ibiza, esta isla es desde hace años una de las capitales de la marcha nocturna.

Todos estos atractivos de Ibiza y Baleares podrían hacer pensar que el turismo en esta comunidad es una actividad muy estacionalizada, es decir, que depende muy en gran medida de las estaciones del año, concentrando en verano la mayor cantidad de turistas.

Sin embargo, la realidad es que poco a poco la comunidad se está alejando de ese tópico del turismo de sol y playa, y una muestra de ello es que en 2018 el aeropuerto de Ibiza cerró con 8,1 millones de viajeros, lo que supone un 2,5% más que el año anterior. Durante el pasado año, los meses con mayor incremento de pasajeros fueron los de inverno, enero y febrero. El mes de marzo, coincidiendo con la Semana Santa, el aeropuerto registró también un importante número de viajeros, y es que son muchos los que se desplazan hasta Baleares para pasar unos días de relax con buena climatología a orillas del Mediterráneo.

En el caso el aeropuerto de Palma de Mallorca, en 2018 registró un tráfico total de más de 29 millones de personas, situándose como el tercero en España con más pasajeros.


Por los datos comprobamos que Baleares es una comunidad que debe mucho al turismo, de modo que os mostramos algunas propuestas interesantes sobre qué hacer en Mallorca, qué hacer en Menorca y qué hacer en Ibiza.


Ibiza, la isla Pitiusa

Ibiza es de las tres grandes islas del archipiélago, la más pequeña. A su ambiente hippie y el espíritu de fiesta se le suman otros muchos atractivos, como sus playas paradisíacas y encantos naturales que bien merecen una visita.


Uno de ellos es el islote de Es Vedrá, un promontorio próximo a la isla que forma parte del Parque Natural de Es Vedrà, Es Vedranell y els illots de Ponent. Para muchos ibicencos, este islote que se levanta casi 400 metros de forma vertical desde el mar es una de las mejores postales de su isla.

Estando en Ibiza, una opción más que recomendable es visitar Formentera, la menor de las islas Pitiusas, pues en ella todo es luz, playas con aguas turquesas como la playa del Migjorn y las de la Tramuntana o núcleos poblacionales de estilo cien por cien mediterráneo.

Palma de Mallorca, una de las mejores ciudades en las que residir


De Mallorca, la isla más extensa y más poblada del archipiélago basta decir que, según el diario "The Times", su capital es una de las mejores ciudades del mundo para vivir.

La publicación anglosajona destaca de la capital balear su parte vieja pintoresa, sus playas urbanas a las que se puede llegar andando, su clima excepcional y su rica cultura gastronómica, además, por supuesto de su fácil accesibilidad.

Mallorca, obviamente es mucho más que su capital, Palma, y en un viaje hasta la isla, una práctica muy recomendada es alquilar un coche y conocer todas sus calas y playas, pues algunas de ellas están consideradas como entre las mejores del país.

Algunos municipios que no se pueden dejar de visitar en la isla, dejando a un lado la capital, son Andratx, Pollença y Soller, si hablamos de municipios costeros; y Valldemossa, en la Serra de Tramuntana, un lugar ideal para realizar senderismo y exursionismo.

Menorca, la más desconocida y bonita isla de las Baleares

Si Mallorca es la isla más extensa y la más importante e Ibiza es la capital de la fiesta, Menorca es para muchos la isla más bonita del archipiélago. A diferencia de las playas de las islas vecinas, aquí todavía encontramos playas vírgenes como Cala Macarella o Cala Macarelleta.

La playa de Pregonda fue portada de un disco de Mike Oldfield mientras que Cala Turqueta recibe ese nombre por el color de sus aguas. Cala Tortuga, a la que solo se accede caminando durante 45 minutos, se integra en el Área Natural de la Albufera des Grau, que es Reserva Natural de la Biosfera.

Sin embargo, Menorca es mucho más que playa y naturaleza, pasear por localidades como Fornels, Ferreries, Alaior o Binibeca es adentrarse en el verdadero espíritu mediterráneo, una forma de disfrutar de la vida de manera relajada y siempre con buenos alimentos y mucha felicidad.

En la capital, Mahon, descubriremos uno de los muelles naturales más grandes del mundo, junto con el de Pearl Harbour o Nueva York. Mahon es una localidad atractiva y con numerosos atractivos culturales, y además cuenta con muchos restaurantes en los que disfrutar de la gastronomía típica, en la que sobresale la caldereta de langosta, un plato actualmente muy cotizado y que tradicionalmente era un plato de pescadores.

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