Encuentran en Francia a un noruego que no duerme por culpa de Armengol

Con la tontería del Black Friday hemos andado toda la semana. El jueves no fue friday pero sí black, como el viernes. Menudos dos días nos ha dejado la crónica de sucesos tanto en Mallorca como en el plano internacional. La semana ya había comenzado con la oscuridad que emanaba la menuda fisonomía ya extinta de Charles Mason, que una vez muerto seguro que debe haberse ido «derechito al infierno» como cantaba Dani Nel.lo.

Vayamos con los vivos, que aún sin llegar al nivel de estropicio de Charles Manson tampoco se quedan mancos. La gilipollada —lo siento, no veo otra forma de calificarla— de la semana nos la vuelve a brindar la cosa lingüística del Gobierno balear. En esta ocasión el esperpento ha pasado por hacer una de esas «cumbres» en la que los tres directores de política lingüística de Baleares, Cataluña y Comunidad Valenciana se montan un aquelarre de moqueta con cruasantitos, jarra de café y zumo de naranja para quejarse —que otra cosa no saben hacer— de que es «imposible» comunicarse en catalán con el Gobierno central. Y muy indignados y dolidos se lo chivan al Consejo de Europa en una carta dirigida a un tal Thorbjon Jagland, noruego que anda por Estrasburgo y que seguro ha perdido el sueño ante semejante abuso imperial de los malvados españoles. Por aquello del masoquismo que estas cosas despiertan en mí, me sometí al suplicio de localizar la carta y traducirla, porque se la enviaron en inglés, que por lo visto que en Madrid hablen español les jode, pero que en Estrasburgo no les entiendan ni papa cuando se ponen en plan Pompeu Fabra no les molesta. Se quejan y sienten agraviados por—y reproduzco en su literalidad—: «el Estado español no ha mostrado ningún interés en facilitar la adquisición de la Lengua catalana por parte del personal sanitario, sin tener en cuenta los derechos lingüísticos de los pacientes y es imposible comunicarse en catalán con la Administración General del Estado o las fuerzas de seguridad». Manda cojones que esta pandilla de apaniaguados denuncie discriminación lingüística en la Sanidad la misma semana en la que en Baleares se ha aprobado el decretazo del catalán en el Ibsalut, o que hablen de derechos cuando las tres comunidades están convirtiendo las escuelas públicas en gulags. Eso no por no hablar de la torpeza política de mezclarse con la Generalitat de Cataluña, un gobierno de imputados, sediciosos y prófugos. Tal vez no sea el momento adecuado para alardear de según qué amistades. Sé que desde el punto de vista jurídico es un disparate, pero no estaría mal que la prevaricación y la malversación de dinero público fueran delitos imputables a la estupidez.

Como les he dicho en no pocas ocasiones, es la estupidez y no la maldad la que está detrás de buena parte de los males del mundo. Recuperamos el premio Cipolla de la semana para un ilustre miembro de Més per Mallorca —del que me ahorro el nombre—, que en una sesuda y sentida reflexión publicada en su perfil de redes sociales dice lo siguiente:

«Llegará un día en que, a pesar encarcelamientos, golpes de porra y amenazas, muchos catalanes votarán república catalana (…) Y cuando llegue ese día, este régimen político del 78, corrupto, autoritario, al servicio de élites financieras y empresariales, caerá por su propio peso, de manera estrepitosa. (…) Y cuando llegue ese día mucha gente de buena fe descubrirá que todo lo que le han contado es mentira, que nos gobierna una banda de miserables, que se ha encarcelado y golpeado inocentes, que la “unidad nacional” no se puede mantener por la fuerza, y que España ya se ha roto. (…) Y yo, y muchos otros demócratas, lo celebraremos».

Supongo que ya han vuelto de vomitar, así que continuamos analizando el texto. Bueno, nuestro sistema político tal vez no sea perfecto, es cierto, pero de ahí a tildarlo de autoritario... Claro, todo el mundo sabe que antes con Paquito podías rajar lo que te diera la gana. No entiendo una dictadura en la que uno puede ciscarse de lo que le dé la gana y no le den el paseíllo. Y lo de llamarse demócrata… Menuda república popular nos iba a montar el fulano. No seré yo el miserable que celebre la desaparición de ningún país. Si su amada república catalana existiera yo no le desearía ningún mal. Lo tenía por un tipo más inteligente, con aseveraciones como esta creo que ha sucumbido a la secta.

Repito el epíteto: miserable. Es el único que se puede aplicar a Pablo Iglesias ante su negativa —una vez más— de mostrar respeto por los muertos. Dice que no ha ido a la capilla ardiente del fiscal general del Estado, José Manuel Maza, porque es un «homenaje». A ver, que serás profesor universitario, picha brava y lo que quieras, pero para los óbitos eres un cabestro: es una muestra de respeto, no un homenaje. Joder, no he ido yo a funerales de personas por las que no sentía la menor simpatía. Hay que ser persona, coño, un poco de humanidad.

La lógica no es una cualidad aplicable a Podemos. Tampoco les voy a pedir una fría lógica vulcana, pero sí un poco de eso que no sé cómo llamar que engloba a partes iguales lógica, coherencia y responsabilidad ante las consecuencias… Sí, ya lo sé, eso se llama tener principios. Alberto Jarabo —que sigue siendo el que parte el bacalao en Podemos porque a Mae de la Concha podríamos declararla desaparecida en combate en Vietnam— se ha puesto muy subidito con Biel Barceló. Le pide la dimisión, luego se niega a reprobarlo en el Parlamento, vuelve a pedir su dimisión y al final le mete una yihad morada en plan «no me fío de ti y a la próxima movida en la Consellería de Turismo, vuelvo a pedir tu cabeza». Alberto, o lo decapitas o no, no puedes pasear cada día al reo por la plaza de la Concordia para que se acojone con la guillotina. Aunque nunca se sabe, tal vez sea todo un teatrillo, puro paripé. Lo que no entiendo es que Podemos se reúna con el vicepresidente del Gobierno balear para transmitirle su malestar y el consiguiente ultimátum y lo haga en la sede de Turismo. A ver, Podemos lo que quiere es fiscalizar al Govern por si se replantea retirarles la confianza —que no se lo creen ni ellos—. En realidad, es una cuita entre partidos políticos, no entre un partido que no aclara si es oposición o no y los que gobiernan. Así, pues, estas cosas deben tratarse en sus sedes, no en un edificio del Gobierno. Llámenme quisquilloso y digan que no es tan grave, si bien creo que por estética y salud política no deben mezclarse ambas esferas, la del Ejecutivo y las de las relaciones entre partidos. Lo de Podemos es de esquizofrenia, eso de no entrar en el Gobierno para andar mientras todo el santo rato mangoneando… Y sé de lo que hablo.

Llegados a este párrafo, que suene música celestial, que atronen las fanfarrias, que se eleven las loas del pueblo a su gloriosa líder… Sí, damas y caballeros, Francina Armengol ha hablado, ha salido por un momento de su enigmática ausencia. La presidenta se ha venido arriba para desmarcarse de los presidentes socialistas de otras comunidades que andan mosqueados porque a los vascos les ha vuelto a tocar el cuponazo. Ni Doña Manolita, ni la Bruixa d’Or, ni hostias, aquí los que se llevan de calle la lotería de Navidad cada año y sin comprar ni un décimo son los vascos. Oigan, bien por ellos. Al resto eso nos repatea un poquito. A Francina no, que aquí el único que nos roba es Madrit. Tanto hablar de financiación y cuando los vascos se lo llevan crudo va ella y dice que no se mete en el fregado porque la pasta hay que pedírsela al Gobierno y no a las otras comunidades. Razón no le falta, pero digo yo que si tu papá y tu mamá miman a tu hermano gordo y lo inflan a garbanzos mientras a ti te dejan chupar la cuchara, a lo mejor le coges un poco de ojeriza al chaval. En fin, no compliquemos a Francina, que con lo de «Madrit nos roba» ya le va bien para ir tirando.

Para concluir, vuelvo a Manson, la pesadilla del jipismo, el reverso aterrador del flower power. Para el espíritu del pacifismo Manson fue un mal viaje de ácido, el agente que desmontó a cuchilladas el sueño lisérgico de una generación. ¿Cómo pudo un delincuente de tres al cuarto montarse un harén y ordenar a una pandilla de drogadictos tarados que cometieran semejantes salvajadas, cuando él en sí era un personajillo ridículo? Manson ofreció una —mal nos pese a todos— mítica concepción de sangre, vísceras, empacho de satanismo mal digerido, sumisión sexual y abuso de drogas. Con Manson muere una parte del ya casi olvidado siglo XX.

Me gustaría hablarles de ese siglo XX que los de mi edad vivimos en sus últimas décadas y que hoy suena a cosa vieja, rancia… Me gustaría hablarles del que fue el siglo de las luces y de la violencia como nunca se había conocido, de cómo hoy lo olvidamos y de cómo nos exponemos a repetir los mismos atroces errores por pura ignorancia. Pero esa es otra historia…

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