Durante los últimos días los medios de comunicación están centrados en la aplicación de la ley antitabaco, que en realidad debería llamarse ley antitabaco en zonas públicas. De lo que está ocurriendo hay que destacar el aprovechamiento publicitario que están sacando algunos propietarios de locales con su oposición a la ley antitabaco. Ha habido un individuo que incluso ha sacado fuera de su establecimiento la máquina expendedora de tabaco y la ha destrozado a martillazos en señal de rebeldía. Otro mesonero de Marbella mantiene su intención de permitir fumar en su establecimiento. Si le obligan a cumplir la ley se plantea incluso marcharse de España. Si al final se decide por emigrar, le recomiendo que no vaya a ningún país europeo, donde las normas antitabaco son tan rígidas como en España. Estos episodios prácticamente anecdóticos confirman que la ley antitabaco se está aplicando con total normalidad y que salvo episodios más publicitarios que otra cosa la sociedad ha entendido de la necesidad de aplicar medidas. El tiempo demostrará, y no deberán pasar muchos años, que la medida es acertada y que España se sitúa al nivel de otros países europeos en medidas contra el tabaco a pesar de las cuatro pataletas lógicas.
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