Máxima expectación en el stand de nuestras Islas en la feria turística de Berlín. Codazos entre los fotógrafos y cámaras para hacerse con el mejor lugar. Numerosos curiosos esperando el inicio del Día de Baleares en la ITB. Tensa espera de decenas de periodistas mallorquines, menorquines e ibicencos, junto a alemanes y de otros países. La actividad prácticamente se detiene en todo el pabellón. Todo eso pasó y pasaba años atrás. Era la época de los “embajadores” de nuestra Comunidad. Claudia Schiffer atraía como nadie, Michael Douglas ejercía su particular magnetismo, Anna Kournikova era un reclamo fuera de las pistas, como Rafa Nadal. Eran otros tiempos y las críticas eran por el excesivo gasto –nunca admitido– de estas contrataciones. Este año, sin embargo, nadie podrá reprochar al Govern derroche alguno en la feria turística más importante del mundo. Ni famoso, ni gancho alguno. Con el presidente Jaume Matas había embajador y recorrido por un ‘stand’ que invitaba a viajar, con payeses o mujeres tejiendo, con recuperación de oficios y más actores para mostrar claramente que nuestras Islas son mucho más que sol y playa. También que, junto a un turismo popular y barato, se puede disfrutar del lujo del archipiélago o de su cultura e historia. Ahora el Govern de las “inversiones silenciosas” realiza igualmente una promoción de la que no oímos nada. Las presentaciones en la ITB adolecen de datos y los presentes son casi los mismos que podrían estar en Palma, sin gasto alguno de desplazamiento para nadie. En el todavía llamado “día de Baleares” en la feria, sala de prensa repleta, sí, pero tras la primera fila copada por socialistas, detrás, todo periodistas insulares, salvo tres o cuatro alemanes (sin traductor que les ayude). Hasta la presentación de itinerarios por Sóller despierta más interés que la que debería ser la convocatoria más destacada de cinco días de feria. En lugar de estrella rutilante alguna, el presidente Antich es escoltado por su consellera de Turismo y Trabajo, Joana Barceló. Y un día, el uno, y al día siguiente, la otra, se sacan dos cifras mágicas de la manga, que dan de comer a los periodistas. Un millón de nuevos turistas para los titulares de una jornada y 10.000 puestos de trabajo más, como anuncio de 24 horas después. Mientras, los empresarios haciendo calladamente -ellos sí- su trabajo, estableciendo sus contactos y cerrando sus acuerdos. Si al final llega el millón de visitantes más o se generan los 10.000 nuevos puestos de trabajo prometidos, serán cuestiones de las que nadie responderá cuando concluya la temporada y haya habido elecciones. Pero el Govern ya habrá salvado esta feria, la última de su legislatura. Menos mal que esta vez reina el optimismo y parece que las cosas irán, por fin, bien, este verano... SIN LANZAR CAMPANAS AL VUELO.- Con todo, no estaría de más mantener cierta cautela, como recomienda Álvaro Middelmann, el director general de Air Berlin en España y Portugal, que siempre pisa con los pies en la tierra, y que por, otro lado, apunta que los precios de los billetes de avión pueden seguir subiendo, por el encarecimiento del queroseno. Aunque, pase lo que pase, al menos él, no pedirá a los pilotos que reduzcan la velocidad o apaguen algunas luces de la cabina en las autopistas que nos unen con el Continente.





