He leído en El Confidencial que la Generalitat ha ordenado cerrar cinco días todos los hospitales públicos, en los que sólo funcionarán las urgencias y el personal se irá de vacaciones. Les juro que porque hoy es 7 de octubre y no 28 de diciembre, porque en lo primero que he pensado ha sido en una inocentada y después en que los políticos catalanes, con el conseller Boi Ruiz a la cabeza, se han vuelto locos, si es que la noticia es cierta. ¿Cómo es posible que pueda llevarse a cabo esta locura? ¿Cómo es posible que el Estado no haga nada, cuando en Cataluña se están incumpliendo todas las obligaciones que la Constitución le impone y está atentando gravemente contra la salud de los ciudadanos? ¿Cómo es posible que se decida una medida de este tipo y se sigan subvencionando los doblajes de películas al catalán, manteniendo las embajadas y perdiendo millones de euros en TV3 sin mover ni un solo dedo? No entiendo como los catalanes, todos a una, no salen la calle y mandan a estos impresentables a sus casas, ni como todavía quedan personas que puedan defender estos desmanes. Pero, lo más triste, lo que sonroja, es que en el resto de comunidades autónomas se estén realizando manifestaciones preventivas y en Cataluña que se están cometiendo barbaridades en la sanidad pública, sólo los sanitarios estén dando la cara y encima haya quien les acuse de insolidarios por no querer que les quiten la mitad de su sueldo. Y no quiero pensar que esta medida sea un ardid para conseguir que el Gobierno les dé más dinero para financiar la sanidad y así salir del bache que han creado ellos solitos, mientras otros tienen que apretarse el cinturón hasta asfixiarse, porque de “chantajes” CiU sabe un rato. Pero lo que está claro es que los ciudadanos no pueden quedarse callados ante estas barbaridades.
