Los dirigentes del PSOE ya se mueven entre bambalinas para asegurarse el máximo apoyo posible de los medios de comunicación. Y si no respaldo, al menos una crítica menos contundente. La prensa siempre ha sido uno de los puntales del socialismo, y en especial desde la llegada de Zapatero al poder. La penúltima remodelación del Gobierno se justificó en que sus nuevos integrantes “comunicaban mejor”. Esa fue la principal razón de su nombramiento, declarado abiertamente y sin pudor por el presidente del Ejecutivo. Menos importante parecía su capacidad para hacer frente a la situación del país. La imagen de campaña de Rubalcaba contiene tres palabras, siendo la última de ellas “explicar”. Es decir, que comunicar se sitúa al mismo nivel que “escuchar” y “hacer”. En resumen, que es tan importante cómo se venda, que el qué se venda. Así se entiende la designación de Pepiño Blanco como portavoz del Gobierno. Porque el ensalzamiento del marketing como pilar principal no solo contempla tener a los mejores comunicadores en primera línea, sino que también deben estar quienes puedan sacar mejor rédito a sus relaciones con la prensa. Rubalcaba tiene el apoyo incondicional del grupo Prisa, a veces hasta llegar a un tono algo empalagoso. Es el único grupo de comunicación con el que el PSOE puede contar independientemente de lo que pase. La misión de ahora hasta las elecciones es ampliar este espectro. Las televisiones están más del lado del socialismo que de la derecha. Con el nombramiento de Blanco, el Ejecutivo acerca puentes con Telecinco, la cadena más vista de España, dada la buena relación entre el ministro de Fomento y el máximo directivo de la televisión, Paolo Vasile. Paralelamente, Rubalcaba maniobra para colocar en Televisión Española a alguien que sea complaciente con su proyecto y con el Gobierno. Según elconfidencialdigital, quiere deshacerse del director de informativos, Fran Llorente. Con Telecinco y TVE el PSOE coparía una gran cuota de la audiencia televisiva en España. El flanco que queda sin cubrir es el de los periódicos, con un único respaldo incondicional –El País-. Y ahí entra en juego Pepiño Blanco. El gallego tiene contacto fluido con el director de El Mundo, Pedrojota Ramírez, quien ha sido uno de los primeros en recibir la llamada del nuevo portavoz del Gobierno tras hacerse oficial su nombramiento, según prnoticias. Antes de la media tarde, Pepiño Blanco ya había telefoneado a todos los directivos de medios de comunicación en España, después de que su designación fuera proclamada poco después del mediodía.
