La polémica está servida con la ampliación del Club Marítimo del Molinar. Es lógico que sea así. Se trata de una iniciativa importante que compromete a diferentes instituciones y desata la polémica en esta, cada vez más importante barriada de Palma. Se ha visto en el pleno de Cort de este jueves, donde se explicitaron las posturas enfrentadas. A partir de aquí, lo importante es que impere el diálogo para llegar a un consenso que tarde o temprano es muy probable que acabe produciéndose. En la actual Mallorca en crisis ya no tiene sentido la oposición frontal a todo y el querer impedir un cierto crecimiento equilibrado y racional. Es necesario ampliar todo aquello que pueda reportar movimientos económicos que se traducen en beneficios para el conjunto de la población. Pero siempre actuando desde la racionalidad, el respeto a la estética, al medio ambiente y a hacer las cosas con gusto, tacto sentido estético. El alcalde Isern ha tenido que soportar otro pleno movido, pero nadie le podrá discutir a la primera vara de Palma su talante tolerante y su afán por trabajar a favor del máximo entendimiento y de conseguir acuerdos sólidos. Este es el estilo que debe imperar en este contencioso de El Molinar. En principio no parece que una ampliación bien razonada vaya a perjudicar a la zona. Desde la buena voluntad de todos los sectores implicados es más que posible que se pueda llegar a buen puerto.





