La prensa balear casi de forma unánime tituló ayer “un cooperante mallorquín secuestrado”. La de Bilbao (El Correo): “secuestrado un cooperante de una ONG vasca”. La de Cádiz (Diario de Cádiz): “Cuatro gaditanos están en la zona del secuestro”. La extremeña (El Periódico): “Una activista de una ONG extremeña, secuestrada”. Supongo que en Galicia habrán dicho que “dos compradores ocasionales de la gallega Zara, secuestrados”; en Canarias que “el primo de una tinerfeña, en manos de Al Queda” y en Murcia que “los secuestrados planeaban viajar a la región apenas tuvieran dinero”. Lo local es interesante, hay que conocerlo y nos permite ser partícipes de una comunidad. Pero estos titulares de la prensa de ayer, que nos presentan a una madrileña como si fuera extraterrestre, o a una italiana como si no existiera, son simplemente insultos a la inteligencia. Lo correcto, lo razonable, lo que se merecen los lectores, lo que no provoca bochorno, es decir “tres cooperantes, uno de ellos [indique el gentilicio correspondiente], secuestrados”.





