La Asociación de Bares, Cafeterías y Restaurantes de Mallorca denuncia que el Ajuntament de Palma en su Comisión de Cuentas ha aprobado subir el impuesto de ocupación de las terrazas en 37 zonas de la ciudad hasta un 86%, lo que es una barbaridad y un abuso. Además, lamentan que se enteran de las decisiones que afectan al sector de la Restauración por los medios de comunicación ya que no se les consulta previamente. Desde Cort niegan que se haya producido tal subida y explican que lo que ha sucedido realmente es que ha habido una revisión técnica de la categoría de calles y que unos establecimientos deberán pagar más y otros menos.
Sería bueno que el consistorio palmesano hablase claro y llamase a las cosas por su nombre, dejándose de eufemismos. Todo el mundo sabe que la falta de recursos es clamorosa y que son muchos los gastos que el equipo de gobierno municipal ha comprometido. De ahí que la necesidad obtener ingresos solo pueda venir a base de incrementar impuestos y tasas. Limitar el asunto a un cambio de categoría de calles no es exacto ni riguroso cuando las terrazas de 37 zonas pagarán más impuestos de los que pagan ahora, con incrementos que en algunos casos son hasta del 86%.
Tiene razón Restauración Mallorca cuando advierte que este incremento de costes hará inviables muchas terrazas, que se verán obligadas a cerrar y a despedir trabajadores. Los gobernantes debieran darse cuenta de que las subidas de impuestos que ellos acuerdan no son inocuas, sino que tienen consecuencias y a menudo no son positivas. Naturalmente que están legitimados para adoptar tales decisiones, pero mejor sería informar directamente a los afectados, tratar de consensuar las medidas que les afecten y evitar que tengan que enterarse por la prensa.
