Por primera vez ante unos comicios, la mayoría de analistas políticos no se atreven a hacer un pronóstico sobre la futura composición del Parlament de les Illes Balears ni tampoco sobre quién será el próximo en sentarse en la silla presidencial del Consolat de Mar. En lo que parece que sí hay unanimidad es en que el Partido Popular sacará mejores resultados que lo que vaticinan las encuestas.
La gran bolsa de voto indeciso -se habla de hasta un 40%- sin duda puede hacer inclinar la balanza hacia uno u otro lado, aunque de sobras es sabido que los partidos de derechas siempre tienen mayor voto oculto. Eso de que existan ciudadanos que se avergüencen de decir que son votantes del Partido Popular es triste desde el punto de vista de las libertades individuales y digno de ser analizado en profundidad. No será hoy por mi parte.
Muchas son las personas que están o han estado perdidas ante estas elecciones: “este no porque prometió no subir impuestos y los ha subido”, “estos otros tampoco porque cuando gobernaron fue un descalabro”, “estos son unos comunistas asamblearios que nos expropiarán las casas”, “estos son los renegados del PP y lo que queda de UM”, “estos otros son más extremistas que el PP”... son algunos de los argumentos de descarte que no es raro escuchar últimamente. Parece que en el “animus votandi” -concepto que me acabo de inventar- pesa mucho más lo negativo que lo positivo y se vota más para evitar a unos que para encumbrar a otros.
Puestos así, y siendo coherentes con la realidad, uno llega a pensar a ver si no sería conveniente e interesante que además del voto positivo existiera el voto negativo, sobretodo para aquellos -muchos- que no buscan que gobierne ningún partido en concreto, pero no quieren que gobierne uno en concreto. El resultado final sería mucho más acorde con el sentir de los ciudadanos y seguro que ello incentivaría a la participación electoral porque los ciudadanos sentirían que su voto realmente ha tenido efecto.
Es posible que tras el escrutinio casi todos los partidos obtuvieran un resultado negativo, y que por tanto el hemiciclo fuera ocupado por partidos de existencia casi irrelevante en la actualidad tipo Partido para la legalización de Cannabis, Ciudadanos Agobiados y Cabreados o Partido del Karma Democrático. Pues que así sea, al menos esos tienen el beneficio de la duda de cómo gobernarían.





