El martes vi por televisión el debate parlamentario sobre IB3. Había nervios entre la izquierda y el conseller Antoni Gómez intentaba justificar su nombramiento provisional como director general mientras se elige a uno definitivo. Patético desde el principio hasta el final. Gómez intentaba justificar lo injustificable, o sea, que un conseller del Govern dirija el canal autonómico aunque sea provisionalmente. La izquierda, mientras, denunciaba la falta de consenso cuando todos saben que no quiere el consenso porque así puede atacar al Govern. Durante el debate llamaba la atención que la socialista Francina Armengol pidiese consenso para elegir el nuevo equipo directivo, olvidando así que ella hizo y deshizo en Televisió de Mallorca sin pedir opinión al PP la pasada legislatura. Tampoco hubo consenso para nombrar al equipo directivo de IB3 que todavía está en el canal autonómico. No hay nada que decir al respecto, pero insisto en que hay episodios de la historia de esta autonomía que están muy recientes. Además, Armengol, sin que le temblase el pulso, no descartaba que sin consenso -lo que implica meter a algún periodista amigo en IB3- el canal autonómico podría cerrarse. Caramba con Armengol, que piensa que cerrar Televisió de Mallorca es un gran error pero no tiene inconveniente en pedir la clausura de IB3. Eso es lo que se llama coherencia, sí señor.
