El verdadero genocidio silenciado

Se acaban de publicar los datos de los abortos en el 2024, 106.172 abortos en España, de los cuales 3347 en Balears con una tasa de 13,87 por cada 1000 mujeres, el verdadero genocidio silenciado de nuestro país.

Y para celebrarlo el Gobierno de España acaba de publicar una nueva web denominada Quiero abortar.

A pesar de otras valoraciones sobre esta nueva web, promovida por el ministerio de Sanidad, la descripción de los métodos abortivos utiliza ciertos  eufemismos como “evacuación del contenido del útero", sin hacer referencia directamente el proceso de desmembramiento fetal y sus implicaciones éticas, psicológicas y sociales. Esto lleva a una trivialización del acto y despersonalización del nasciturus, poniendo dificultades para una correcta valoración ética y un consentimiento verdaderamente informado de la mujer. En algún punto de la web se habla de métodos no invasivos, cuando en realidad lo son: intervenciones quirúrgicas dentro del cuerpo de la mujer.

El lenguaje utilizado (“contenido uterino”, “evaluación previa”, “anestesia local y sedación”, “realización en dos tiempos”), diluye el fondo humano del aborto, cuestión especialmente llamativa en una técnica que, por sus características, aplicar fórceps o succionar para desmembrar y extraer el feto en avanzado desarrollo,  plantea profundas cuestiones bioéticas y graves controversias sobre el respeto a la vida prenatal y la dignidad del ser humano.

El uso  manipulador de ambigüedades impide  la percepción global y verídica del procedimiento, tanto por parte de las mujeres que se someten a él como por la sociedad, produciendo una información sesgada que contradice el principio de autonomía y de consentimiento informado auténtico.

La dignidad de toda vida humana, incluida la prenatal, el aborto implica la supresión directa y violenta de una vida humana en desarrollo, lo que exige abordar en profundidad sus consecuencias éticas, personales y sociales, así como la responsabilidad de quienes informan o realizan la intervención.

La información sobre el aborto en webs y textos divulgativos suele recurrir a ambigüedades  que suavizan la realidad biológica y ética del método abortivo, dificultando una evaluación crítica e integral del procedimiento y sus implicaciones para la mujer y el bebé nasciturus.

Lo que más me sorprende de la web es que no se habla prácticamente del más perjudicado en toda esta intervención, el nasciturus, el más vulnerable, algo que debería preocupar al Ministerio de Sanidad, ni se ofrecen alternativas a esta decisión. Solo se informa en una dirección, con lo que la información a la mujer está sesgada y es unidireccional, lo que no garantiza realmente la libertad plena a la hora de decidir.

No encuentro ninguna pestaña en la que aparezcan las ayudas a la maternidad, ni ninguna lista de recursos públicos de apoyo a las mujeres en riesgo de exclusión, en situación de maltrato o que necesiten ayuda psicológica. 

En el apartado de testimonios, no leo ninguno que hable del dolor anterior y posterior a tomar esa decisión, ni de la tristeza de esas salas de espera, ni del arrepentimiento que experimentan algunas mujeres. 

Para garantizar una libertad de elección real e informada, ¿no sería conveniente incluirlo?

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