Lamentablemente se disponen a vivir una noche de muertos vivientes. Fue, es y será -supongo- una fiesta entrañable en otras latitudes, no lo dudo, pero también es algo que los de aquí hemos adoptado y hemos convertido en una gilipollez más de las que nos van llegando por las diferentes vías de comunicación, que son todas. Y bueno, aquí está instalada, entre nosotros, como de toda la vida. Este Halloween -o como se llame- viene erradicando cada año por estas fechas el sentido de las fiestas que ya teníamos aquí. El Halloween se nos ha colado, ha encontrado hueco o la permisividad y la falta de entidad que a veces nos caracteriza, ha propiciado que anide entre nosotros. Y claro, ha puesto el huevo. Hoy en día hay `halloweenes´ de todos los tamaños y en todos los rincones.
De entrada, sé que ya me he tirado encima a muchos vivientes que defienden esta fiesta como si fuera sagrada. Lo siento, pero si quieren seguir leyendo, pongo en su conocimiento que pienso dar un ratito más la tabarra. No todo está perdido y hay que rescatar terreno. Sé que los que defendemos nuestro derecho a no caer en la banalidad del disfraz de Halloween, y otras horteradas, somos también cosa rara y que para un gran sector de la sociedad estamos difuntos. Todo eso nos perdemos, pero no, gracias, no me pongo el disfraz.. No es que pretenda salvar nada ni a nadie. Además, soy consciente de que hay cosas irrecuperables, pero si puedo poner en sobreaviso a los que aún no han sido infectados -quedamos pocos- ya me daré por satisfecho. Esta fiesta (muy respetable en otros pueblos) que la celebren y la disfruten. Pero es que nos la están metiendo por todos los costados. Comprendo que sea una forma más que tienen los espabilados para ganar dinero pero que no nos engañen, es una pócima más que añadir a la larga lista de preparados y elixires que los “creativos de siempre” inventan para nuestro disfrute y divertimento. Ellos se lucran, nosotros nos vamos aborregando y como elefantes domesticados seguimos la senda que acabará en el cementerio. Lo siento, no quiero aguarle la fiesta a nadie pero yo no trago y por supuesto no colaboro con la payasada (y perdón por los queridos payasos) pero de seguir por esta senda, estaremos cada día, más difuntos y cadaverinos.
Es vergonzoso que a los nenes les enseñemos a morder al cuello tan pronto. Muchos no tienen ni idea del auténtico significado de la celebración de estos días. Me dicen que la infección llega también a ciertos colegios y muchas familias, donde les montan saraos de este tipo para que se disfracen y vayan a asustar a la gente. No sé qué les explicarán a la hora de enseñarles cuál es el significado de disfrazarse de "monstruito" o de "vampirito". ¿Se lo dirán en inglés o contratarán al doctor Frankenstein para que imparta una lección magistral?
Desde hace siglos, los creyentes o no de la Fe Cristiana, hemos sido educados en la tradición de que el día 1 es la Festividad de Todos Los Santos y de que el día 2 es el día de los difuntos. Ambas celebraciones son para respetar y honrar a los que ya nos dejaron. También es tradición -pero se va perdiendo- preparar los panallets de Tots Sants y Els rosaris o rosarios de dulces. El que quiere lo celebra y el que no quiere -no lo siente, no le da la gana, no tiene fe, o se ha quedado dormido- no lo celebra. Y aquí paz y después gloria, pero no lo suple con sucedáneos y otras hierbas.
Sé que no estoy siendo muy original y que alguien me confundirá y me clavará una estaca, vale, pero no me da la gana ponerme un disfraz y maquillar mi comentario. Repito y me voy: es una lástima que decidamos importar lo más hortera que nos llega. Digo hortera porque copiar en sí ya deja al descubierto nuestra poca imaginación y ganas de ser lo que somos, con orgullo, un poco de pasión y sobretodo dignidad. Un pueblo que pierde su cultura, o no la protege -evitando contagios innecesarios, o peor aún, la ignora o la desprecia- está condenado a perder su identidad,a ir por ahí sin rumbo, a la que caiga y esto, si que lleva directamente a la funeraria. De seguir así, en unos años, nos habremos convertido en zombis permanentes.
