Estamos inmersos en estas fiestas Navideñas que este año, al estar casi exentas de días de descanso entre semana, nos ha dado la sensación de que no eran tales.
He recorrido estos días las calles de Palma y me he fijado que todo el mundo andaba como loco comprando regalos sin parar para aquellas personas que quieren, o por lo menos para los que son sus familiares.
Pero realmente, en general, muchos clientes, me comparten cada año, lo poco que les gustan estas fiestas y que son unos días en los que comemos, bebemos y discutimos más que nunca, es más nuestro despacho, suele llenarse, tras estos días, de clientes que nos cuentas sus desavenencias familiares y me preguntan, ¿tengo que ir a pasar las fiestas con mis padres, con mis tíos…etc?.
Yo ante esta pregunta siempre contesto, ¿qué te hace pensar que tienes que ir, como te sentirías si no fueras?. Y finalmente casi todos, terminan yendo a ese evento que odian y no quieren acudir para después lamentarse de haber ido.
En ocasiones algunos se sorprenden y se dan cuenta que, no fue tan terrible como pensaban que sería, pero en la mayoría de los casos nos encontramos con llantos y tristeza, frustración y promesas de que, el próximo año, no volverá a ocurrir.
¿Tenemos que obligarnos a ir?, ¿Hasta cuándo vamos a ser hipócritas y vamos a seguir soportando estas reuniones que odiamos?.
Realmente estas fiestas deberían de ser para aquellas personas que las sienten religiosamente o se sienten a gusto viendo a sus familiares y deberíamos de dejar la hipocresía a un lado y tendríamos que intentar ser nosotros mismos y ser asertivos hasta el punto de no tener que pasar estos sacrificios que solo nos hacen sufrir.
Te invito a que, si eres de los que no puedes con ellas, te rebeles, dejes de comprar regalos que posiblemente sean devueltos y pases estos días con las personas que quieres y no con las que debes.
Comienza el Año Nuevo con fuerza y ganas, haciendo lo que realmente te apetece hacer desde el corazón, no desde la cabeza, ¿te imaginas un mundo en el que pudiéramos hacerlo así?.
Te invito a que lo hagas y comiences el Año Nuevo sintiéndote realmente feliz.
Yo este año decido ir a ver a los míos porque me apetece enormemente compartir con ellos y el año que viene, veremos lo que me dicta el corazón, simplemente te invito a que lo escuches, verás cómo tu Año Nuevo es diferente, ¿te atreves?.