La concentración de funcionarios de la Administración de Justicia ante los juzgados de Palma, revela una situación absolutamente desastrosa que ya ha terminado con la paciencia de los empleados públicos, impedidos de prestar un servicio público digno a causa del sistema informático con el que están dotados. Los fallos, colapsos e incidentes de todo tipo se suceden día a día y los funcionarios ya no pueden quedar impasibles.
Lo más curioso del asunto, como destaca ayer el representante del sindicato CSI-CSIF, Andreu Bou, no es que estén pidiendo más dinero, ni días libres, ni ventajas laborales o más derechos, sino sencillamente que se les dote de herramientas adecuadas con que prestar su labor y que no se les utilice de conejillos de indias para testar un sistema informático que no está a la altura.
El Ministerio de Justicia debe atender estas quejas y solventar los incidentes, porque esta no es forma de trabajar ni de prestar servicio. La Justicia adolece de múltiples y a veces complejos problemas, pero no parece que sea tan difícil implementar un sistema informático que todos los operadores jurídicos puedan hacer servir sin los inconvenientes que tanto funcionarios como abogados denuncian.




