Y no es la Copa de Europa del Madrid, sino la sempiterna final a la que el Mallorca se ve obligado a jugar. Un tópico del fútbol que, en este caso, se hace realidad porque este equipo se ve metido de embrollo en embrollo año tras año. Ahora bien, si Molango dice que si sólo dependes de ganar tienes un problema, pelillos a la mar y que sea lo que dios quiera. No sé a qué viene tanto drama y tanta necesidad de victoria y sumar de tres en tres y jugarse la vida en cada partido. Maheta ha desmontado el mito de Luis Aragonés, si, aquel de ganar, ganar y ganar y volver a ganar, ganar y ganar. El CEO del Mallorca ha inventado el fútbol profesional. Y el amateur porque no le dejan.
Bueno. El Alcorcón. Vaya por delante que recibe al Mallorca sin tres de sus defensas titulares y el entrenador en la grada. Aparte ha ido debilitando su plantilla y esta temporada le ha fallado su talismán, David Rodríguez, muy lejos del delantero que fue, probablemente porque tampoco está Campaña y otros jugadores que se las ponían como a Fernando VII. Sin embargo no olvidemos que de sus 33 puntos, 26 los ha conseguido en Santo Domingo lo que, en circunstancias normales, sería síntoma de un anfitrión temible. Solo cinco rivales han marcado menos goles en sus respectivos feudos, pero por el contrario encaja poquísimo, tan poco como el mismísimo líder Levante. Claro que, sin David Navarro, Nelson, ni Bellvis, su cobertura puede sufrir.
Olaizola continúa sorprendiendo con algunas de sus decisiones. Vuelve a la convocatoria Pleguezuelo y se queda fuera Dalmau. Por no hablar de Juanjo y otro de los fichajes de invierno, Saúl. Dicen que repetirá el once que jugó la segunda parte el pasado sábado. Quizás haya aprendido que ha de reducir su círculo de gladiadores y prescindir de los aprendices hasta mejor ocasión. O no.
