Que el Govern y el Centre de Recerca Econòmica no se pongan de acuerdo sobre el estado de la economía balear no sorprende a nadie. En política es habitual utilizar la estadística para arrimar el ascua a la sardina de uno, y a tres meses de las elecciones las interpretaciones se vuelven más ‘libres’ que nunca. El conseller Manera defiende que hemos entrado en la senda de la recuperación y que no ocultó la realidad cuando los datos eran adversos, pero hace un año Barceló argumentaba que incremento de población activa reflejaba cuando menos el “dinamismo” del mercado laboral. ¿Maquillaje o pura retórica? Lo cierto es que el optimismo del Govern ante los datos del paro en febrero no está justificado. En Mallorca y Formentera el desempleo interanual aumenta y la cifra global de Baleares sólo se reduce gracias a Menorca e Ibiza. Es casi una victoria por la mínima. En el sector servicios el paro también ha crecido, y eso que ya debería notarse que estamos a las puertas de la temporada. Las buenas perspectivas que en teoría planean sobre este verano no se han traducido aún en un aumento de la contratación turística, seguramente porque muchos hoteles retrasarán su apertura hasta Semana Santa. Es arriesgado llamar a eso recuperación. Más bien se recurre una vez más al ardid de las cifras para maquillar realidades profundas. Más realista parece el análisis del CRE, que limita a medio punto el crecimiento del PIB balear en 2011, lastrado por el atasco en la actividad durante el último trimestre del año pasado. En este contexto, no sería lógico que el mercado laboral se recuperara antes de que lo hicieran los principales indicadores económicos. Dada nuestra historia reciente, que sea la construcción la que explique por sí sola el descenso casi debería inquietarnos. Otro dato para el desánimo: el desinterés que despiertan los cursos para parados de la Escola d’Hoteleria. Tanto que el Govern ha iniciado una campaña de información para poder llenarlos. De 480 plazas sólo se han cubierto 259. En una comunidad turística y con una crisis galopante, da que pensar. Otro dato que no hay quien lo maquille.





