Pues estaba yo el fin de semana pasado ansioso por ver la manifestación contra el decreto del catalán en la Sanidad organizada por los de #MosMovem con el apoyo de asociaciones españolistas varias y bajo la batuta de la empresaria del calzado Úrsula Mascaró. La verdad es que la cosa prometía, yo ya me imaginaba una manifestación como aquella “marea verde” contra Bauzá que llegó a convocar a unas 60.000 personas pero al final el gatillazo fue mayúsculo por más que lo quieran maquillar los organizadores y busquen su minuto de gloria hablando de Balearnia. Una cosa ha quedado clara y es que a la sociedad balear lo de que a los médicos les pidan saber catalán no es algo que les quite el sueño por más que los ursulinos, los del PP, de Ciudadanos o los de “yo soy español” se empeñen en lo contrario.
Los organizadores de la mani argumentan que están muy preocupados por la Sanidad y por la amenaza de quedarnos sin personal sanitario por culpa de los catalanistas. ¿Dónde estaba Úrsula cuando dejaron a miles de inmigrantes sin tarjeta sanitaria? ¿Dónde estaba Biel Company y sus 28 apellidos mallorquines cuando Mariano y los suyos desmantelaron el Plan Nacional contra el Sida? ¿Dónde estaba Jorge Campos cuando Montoro anunció el año pasado que iba a bajar aún más el gasto en Sanidad para el 2018? ¿Dónde estaban tantos patriotas al ver como aumentaban las listas de espera y recortaban prestaciones mientras aumentaba el presupuesto de defensa? Estaban en sus casas felices porque en realidad la Sanidad les da igual, están obsesionados con la lengua y harán todo lo posible por cargarse la cultura y la lengua de aquí mientras llegan al éxtasis escuchando a Marta Sánchez canturreando el himno de España. Por sus obras los conoceréis.
