Debería ser ésta una semana con mejores noticias que la anterior. Porqué menuda semana de inmundicias. En este país que ha pasado a ser un crisol de confusiones, la arena política está para cortarse las venas.
Resulta grotesco ver al presidente y al “president”. Comparemos. El primero, un pobre muñeco asustado, sin valor para enfrentar su trabajo que le pagamos todos. Un presidente sin capacidad de hacer política. Detrás de un plasma, detrás de un discurso cerrado y machacón: disparando hacia Catalunya y dejándose devorar por la realidad bruta de su propio partido. Sí señor Rajoy, de la corrupción hay que hablar. Además debe tomársela en serio.
No debe ser fácil, pero qué ocasión pierde este presidente al no querer cambiar la Constitución, permitir a los ciudadanos opinar, establecer leyes para que la democracia pase a su mayoría de edad, madure de verdad. Podría haber dejado un gran legado: la “cosa pública” no es para que el que entre en ella se sirva a su antojo y para su bolsillo. Eso debe acabarse. Pero Mariano no ha sido capaz. Ha tenido miedo y falta de carácter. Ha demostrado ser un triste funcionario más cercano a un personaje de Pérez Galdós que un presidente del siglo XXI, con proyecto para sacar adelante un país. Mariano qué tienes mayoría absoluta, criatura.
En otra escuela aprendió el president Bauzá. No le tiembla la voz cuando declara alto y claro que no ha recortado en ninguna de las áreas más sensibles: educación, sanidad, servicios sociales.
Detrás de esta indignante afirmación, saltan los datos: más parados, más pobreza infantil, recortes en educación, en sanidad etc etc.. Alarmante preocupación ante el aumento de familias en riesgo de exclusión social, más las que ya están excluídas.
Cínismo debe ser su segundo nombre.
Y mientras uno no llega, el otro se pasa tres pueblos, va y llega el anuncio de la loteria de navidad.
Hay que tener muy mala leche para hacernos llorar también con un anuncio, en la navidad de mierda. No les bastará con lo que tenemos encima.





