Entre los meses de junio y septiembre, Baleares concentra alrededor del 50 por ciento de los brotes de intoxicación alimentaria registrados durante todo el año, según datos de la Conselleria de Salut recogidos por mallorcadiario.com. El responsable de Urgencias del Hospital PalmaPlanas, Roswell Rodiles, confirma a este digital que en los últimos veranos se ha detectado un repunte significativo de casos en Mallorca.
"Hay un estudio del Instituto de Salud Carlos III que demuestra que, por encima de los 34 grados, el riesgo de hospitalización por intoxicación alimentaria se incrementa un 12,2 por ciento por cada grado adicional. Este es un tema alarmante, sobre todo si tenemos en cuenta los efectos del cambio climático, que nos expone a cada vez más olas de calor", explica el facultativo.
TIPOS DE INTOXICACIONES ALIMENTARIAS EN VERANO
Rodiles detalla que la salmonella suele estar relacionada con el consumo de huevos crudos, productos lácteos y, especialmente, mayonesa casera. "El campylobacter se asocia principalmente a carnes de ave como el pollo, especialmente si no se cocinan a la temperatura adecuada o si han perdido la cadena de frío", advierte, señalando que puede causar incluso diarrea con sangre.

Por su parte, la E. coli afecta especialmente a niños y suele estar vinculada a carne picada o vegetales contaminados por agua no tratada. Aunque menos frecuente, el doctor recuerda que la listeria puede resultar especialmente grave: "Sobre todo en mujeres embarazadas. Se menciona poco, pero puede encontrarse en embutidos, quesos blandos y productos que no han sido retirados del mercado. Es una de las menos habituales, pero sus consecuencias pueden ser muy severas".
"MÁS QUE EL ENTORNO, INFLUYE LA PREVENCIÓN"
Preguntado sobre si hay entornos más propensos a estas intoxicaciones, Rodiles aclara que el lugar no es el factor determinante. "Más que el entorno, depende de la no observancia de cuidados", asegura. "Puede pasar en una casa de campo o en un restaurante urbano. Si no se respeta la cadena de frío, no se cocina bien, no se lavan las manos o se mezclan alimentos crudos con cocinados, el riesgo es el mismo".
"La prevención es clave —insiste—. Si se respetan las medidas de seguridad, el riesgo de intoxicación disminuye considerablemente. Pero si las descuidas, es casi seguro que ocurra".
PROTOCOLO ANTE UNA INTOXICACIÓN
Cuando un paciente acude a Urgencias con síntomas compatibles, se activa un protocolo de sospecha de intoxicación. "Se le pregunta qué ha comido, cuántas personas más estaban presentes, qué síntomas tienen y cuánto tiempo pasó desde la ingesta hasta el inicio de los síntomas", detalla. La forma de aparición de los síntomas también da pistas: "Si es muy rápida, por ejemplo, puede tratarse de una toxina ya presente en el alimento, como ocurre con los estafilococos en ensaladillas o repostería mal manipulada".
Rodiles reconoce que los propios pacientes suelen tener buen ojo: "Si hay varios afectados que consumieron lo mismo, suele acertarse. Una comida familiar, un evento… En cuanto se detectan varios casos similares, se notifica a Salud Pública".
En este sentido, recuerda un caso reciente en Galicia donde un brote de salmonelosis afectó a más de 100 personas tras consumir una tortilla contaminada. "Se notificó a Salud Pública y se activaron los mecanismos de control. Estas alertas son clave para contener el problema".
SUPLEMENTOS PELIGROSOS: EL CASO DE LA VITAMINA D
Más allá de los alimentos, también han surgido problemas por el consumo descontrolado de suplementos. Rodiles alude al caso reciente en Mallorca por sobredosificación de vitamina D. "Este tipo de vitamina es liposoluble, se acumula en el tejido graso, y una dosis elevada mantenida puede generar enfermedades", advierte. "En verano, con la exposición solar, normalmente los médicos ajustamos o suspendemos este tipo de suplementos".
El problema en este caso fue que el producto tenía cuatro veces la dosis diaria recomendada. "Si no cumple la normativa europea en cuanto a composición, etiquetado o envasado, se retira del mercado", explica. Y aunque el brote fue local, puede deberse —según apunta— a que alguien actúa como agente difusor del producto, recomendándolo o incluso distribuyéndolo en su entorno.
CONSEJOS PARA EVITAR INTOXICACIONES ALIMENTARIAS EN VERANO
Por otro lado, el doctor Roswell Rodiles insiste en que "la prevención está en nuestras manos. No hay mejor manera de evitar acabar en urgencias que seguir unas cuantas recomendaciones básicas. La primera, y más sencilla, es el lavado adecuado de manos, antes y después de manipular alimentos. Puede parecer obvio, pero es uno de los errores más frecuentes".
También es importante mantener limpias las superficies y los utensilios de cocina, y no solo durante la preparación: "Hay que guardarlos limpios tras su uso", recuerda Rodiles. Otra medida clave es respetar la cadena de frío, manteniendo siempre los alimentos perecederos por debajo de los cinco o seis grados centígrados. "No se trata solo de refrigerar, sino de hacerlo de forma constante y adecuada", subraya Rodiles.
Asimismo, el doctor advierte también de un gesto muy común que puede traer consecuencias: dejar la comida cocinada a temperatura ambiente más de dos horas. Eso, en pleno julio, puede ser el caldo de cultivo perfecto para bacterias. Y ojo con las mezclas: los alimentos crudos no deben entrar en contacto con los cocinados, para evitar la temida contaminación cruzada.
Finalmente, lanza una advertencia clara: evitar el consumo de agua no potabilizada, especialmente en excursiones o en zonas donde no esté garantizado el control sanitario. Son detalles que, si se cuidan, pueden evitar muchos problemas.
566 PERSONAS AFECTADAS EN BALEARES EN 2024
Las palabras del jefe de urgencias del hospital Palmaplanas coinciden con los datos que maneja la Conselleria de Salut del Govern balear. Según un informe del departamento de Seguridad Alimentaria al que ha tenido acceso mallorcadiario.com, en 2024 se registraron 21 brotes investigados en Baleares, con un total de 566 personas afectadas. "Para que un caso se considere brote, deben existir al menos dos afectados vinculados a la misma fuente de exposición", indican desde Salut.
De estos brotes, 17 fueron en Mallorca, 3 en Eivissa y 1 en Menorca. La mayoría se produjeron en establecimientos de restauración o de elaboración de comidas preparadas, y aunque los alimentos implicados son variados, en casi todos los casos el agente causante fue de origen infeccioso.
Los síntomas más comunes: náuseas, vómitos, diarrea, fiebre y dolor abdominal, aunque también se detectaron casos con exantema, rubor facial, taquicardia o cefalea. "Las causas más frecuentes apuntan a falta de higiene en la manipulación de alimentos y utensilios, así como a una conservación inadecuada de los productos", señalan los técnicos del departamento de Seguridad Alimentaria de Baleares.
Pese a ello, desde la Conselleria de Salut destacan que el 86 por ciento de los establecimientos inspeccionados por Salut Pública presentan una salud alimentaria entre buena y óptima, y que menos del 1,8 por ciento de las inspecciones acaban en la suspensión de actividad por deficiencias graves. "Desde Salud Pública se trabaja de la mano del sector de la restauración para extender la cultura de la seguridad alimentaria a todos los establecimientos de Baleares", remarcan desde el departamento.
Rodiles concluye con un aviso que también es un recordatorio: la seguridad alimentaria no depende solo de los inspectores ni de los cocineros, sino también del consumidor. Y más aún, cuando el calor veraniego convierte cada despiste en un riesgo real.








