El hasta ahora regidor de Som Palma, la marca blanca de Podemos, responsable del área de Participación Ciudadana y Coordinación Territorial, Miquel Comas, ha presentado su dimisión y abandona todos sus cargos tanto en el consistorio palmesano como en su formación política. En rueda de prensa donde compareció flanqueado por los líderes de los dos partidos que junto a Som Palma conforman el equipo de gobierno municipal, el alcalde José Hila y el teniente de alcalde, Antoni Noguera, explicó las causas que le han llevado a tomar tan drástica decisión que calificó de estrictamente personales.
Al respecto hay que puntualizar que como es natural, Miquel Comas está en su derecho de adoptar una decisión de tanta importancia no sólo para él mismo, sino también para el equipo de gobierno del que él hasta ahora formaba parte de forma destacada como número 1 de la candidatura de Som Palma y para la propia formación. Sin embargo si decisión parece un tanto exagerada a la vista de las razones expuestas. Desde luego, tener un asunto en los juzgados en el ámbito civil por unas supuestas injurias que nada tienen que ver con su actividad política, por más importante que sea la indemnización que se le reclama, parece un asunto de poca entidad. De este modo no es de extrañar que muchos de los 22.346 palmesanos y palmesanas que le dieron su voto como líder de la candidatura blanca de Podemos, estén decepcionados, algo que no se escapa al filósofo que pidió disculpas a quienes pudieran sentirse así. La moderación y la serenidad son atributos muy necesarios para todo político.
Reflexión aparte merece la opinión de la líder de la oposición municipal, Margalida Durán, que considera que la renuncia de Miquel Comas esconde una crisis de gobierno. Esta apreciación parece desmedida y carece de datos objetivos que la sustenten, aún más si se observa que Comas apareció arropado por sus socios Hila y Noguera. La expresidenta del Parlament no debiera confundir sus deseos con la realidad.
