Tan acostumbrados como estamos en esta tierra a hacer "parts i quarts" para casi todo, no podíamos dejar de practicar este deporte en plena precampaña electoral.
Estoy de acuerdo en que lo más limpio es que empresarios, colectivos sociales y sectoriales estuvieran calladitos durante el proceso electoral y que sólo los partidos se esforzaran en influir en el voto de los ciudadanos. Pero eso es imposible. Todo el mundo se posiciona. Y todo el mundo lo hace como quiere dentro de los márgenes que establece la Junta Electoral.
A los hoteleros les están dando "la del pulpo" aquellos que van por la vida dando lecciones de todo. Arremeten contra los empresarios -y en especial contra los hoteleros- por iniciar una campaña nada disimulada alertando de los -según su parecer- riesgos de una posible inestabilidad política tras las elecciones. Es evidente que con su campaña intentan hacer llegar que la estabilidad la da el partido que gobierna en la actualidad.
Si aceptamos criticar esto, a renglón seguido deberíamos criticar con la misma potencia a una larga lista de colectivos que piden el voto para todo el mundo menos para el PP. La secretaria general de CCOO en Balears, Katiana Vicens, ha dicho esta semana: "Por el bien de esta Comunidad, el PP no debería gobernar con mayoría absoluta". La FAPA puso en marcha la denunciada campaña "Pensa-hi" pidiendo el voto para cualquiera menos para el PP. Y en la "marcha verde" de ayer en Mallorca, miles de personas defendiendo la educación que no comulga con la política del PP. Pero esto no lo critica nadie.
Todos moros o todos cristianos. Critiquemos a los hoteleros si a continuación "cargamos" contra Katiana Vicens. Respetemos a los hoteleros si callamos ante lo demás.
