Viejos, ignorantes y gilipollas

“Los que al andar culean y al mirar la vista mecen yo no digan que lo sean, pero sí que lo parecen”. Este dicho que se ha aplicado histórica y básicamente a las mujeres, afeminados y homosexuales y puntualmente a Francisco de Asís Borbón, sirve también, en otro orden de cosas, para señalar la existencia de un brecha, de una contradicción, de una gran diferencia entre la retórica grandilocuente de las propuestas políticas de un partido, cual es el caso de Podemos, por un lado, y la realidad mucho más prosaica de lo que hacen y dicen, cuando se les calienta la boca, las personas que conforman la directiva de dicho partido, de sus declaraciones, de sus salidas de tono, de sus propuestas y de sus reacciones, y las proclamas incendiarias de sus votantes, militantes y simpatizantes cuando los resultados electorales no les son propicios, cuando la realidad no responde a sus fantasmagóricos (de fantasmas) deseos, que hace que se transformen en unos verdaderos bocazas y faltones que se retratan solos. Dicho de otra forma: “Por sus actos los conoceréis”.

Como ocurrió en las pasadas elecciones generales de diciembre y de junio, la extrema izquierda, esta vez capitaneada por la secretaria de Análisis Político de Podemos, Carolina Bescansa (empresaria de la industria farmacéutica) y por el diputado nacional de esta formación populista Ferrán Vello, no encajaron bien la victoria electoral del Partido Popular en Galicia el pasado día 25 y se dedicaron a insultar a todos los gallegos y a los ancianos indiscriminadamente (nota para los incrédulos: ver los periódicos del día 26 y 27 de septiembre).

El lunes era Carolina Bescansa la que achacaba el éxito del candidato del PP “a la gente mayor de zonas rurales” y según ha asegurado, si todo el electorado fuese menor de 45 años, "Iglesias sería presidente del Gobierno desde el año pasado", Horas después de hacer estas declaraciones en RNE, Bescansa quiso matizar lo dicho y mostró su respeto tanto por quienes les votan como por los que no les apoyan.

El daño ya estaba hecho, dijo lo que pensaba, que es que, para sus intereses políticos, sobran los votantes de más de 45 años (sin pararse a pensar que ella está en esta franja de votantes).

La pregunta que cabe hacerle es la siguiente: ¿qué es lo que propone para los mayores de 45 años?, ¿arrebatarles el derecho al voto?, ¿como cuando no podían votar las mujeres?, o como en la antigua Grecia que sólo podían votar los hombres mayores de 20 años, que habían nacido en el territorio, es decir, Atenas , y quedaban fuera las mujeres, los extranjeros y los esclavos, ¿o como cuando en EE.UU. no podían votar ni los negros ni las mujeres?, ¿o como las "Leyes de Nuremberg" que en el año 1935 excluyeron a los judíos alemanes de la ciudadanía del Reich, y fueron privados del derecho a votar?, ¿o como los más de 23 países que aún mantienen actualmente la prohibición de votar a las mujeres?, o para eliminar molestias ¿ propone liquidarlos directamente?.

El dicho Fernán Vello, personaje que, seguramente, se las da de izquierdas, solidario, feminista, respetuoso, demócrata de toda la vida se puso a insultar a todo un pueblo por no seguir sus dictados políticos, llamó directamente “ignorantes” a los electores, a través de un tuit, al día siguiente de la metedura de pata de su secretaria de Análisis Político.

En cuanto se dio cuenta del patinazo, de la trascendencia de su comentario, decidió borrarlo, pero ya era demasiado tarde, el mensaje decía: “Extraño pueblo nuestro. Esclavos que votan al amo, al cacique, al que manda, a los de siempre. Pueblo alienado e ignorante. Triste”, expresó. Horas más tarde se disculpó por si había “ofendido” a alguien.

Después de echar bilis e insultar a los que no piensan como ellos, ambos rápidamente se disculparon, pidieron perdón (dándose un par de golpes en el pecho) como los miles de cuentistas, embaucadores hipócritas y fariseos que fingen ser lo que no son y que esconden sus malas intenciones tras una máscara de sinceridad que no casa con su forma de actuar y para no salir perjudicados.

Han pedido perdón, pero ¿y el castigo?, toda confesión para que sea verdadera y tenga efecto debe llevar aparejada una penitencia, sería una buena idea que, como penitencia, borraran con su sucia lengua, previa limpieza a fondo con agua y jabón, toda la podredumbre, todos los residuos, fétidos toda la deposición, (basura, mierda, boñiga, caca, zurullo) que esparcieron sus adláteres y seguidores políticos en las redes sociales sobre este tema, a saber, sin querer ser exhaustivo y copiados los mensajes textualmente: “En Galicia solo hay vacas, fachas y narcos”,” GALLEGOS SON USTEDES SUBNORMALES Y S MERECEN MUCHOS PRESTIGES”, “Se confirma que los gallegos son subnormales bueno bueno visto lo visto estos putos gallegos siguen siendo unos putos fachas , narcotrafincantes de preocupar...Putos gallegos es que son ímbeciles eh ajjajajaja”, “Confirmado nuevamente. españa es gilipollas y los #gallegosaún más”, “Los gallegos como siempre, fascistas!”.

El famoso poema, atribuido a Bertolt Brecht realmente creado por el pastor protestante alemán Martin Niemöller nos avisa de las consecuencias de no resistir las tiranías en los primeros intentos de su establecimiento, hagámosle caso y cortemos de raíz los intentos dictatoriales vengan de donde vengan, dice así:

“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a por los judíos, no pronuncié palabra, porque yo no era judío.

Cuando finalmente vinieron a por mí, no había nadie más que pudiera protestar”.

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