¿Acaso leen los borrachos?

Nadie pone en duda que el leit motiv por el que vienen turistas a Magaluf es para disfrutar de playa, sexo y fiesta aunque no sé en qué orden de preferencia. Les trae al pairo si Mallorca goza de playas cristalinas, hermosos pueblos de interior o paisajes de gran belleza y colorido.

Su reducto es un deteriorado enclave totalmente britanizado en el que lo lugareño no es bien recibido. Eso sí, la playa, el sexo y la fiesta, siempre regados con elevadas dosis de alcohol. Desde la mañana hasta la noche. Si eso ocurre todos los veranos, en uno con mundiales de fútbol como el actual, la cosa se complica.

El ayuntamiento de Calviá ha instalado unas banderolas en una de las calles que más ha abierto telediarios a nivel nacional, como es Punta Ballena. Los soportes en cuestión anuncian que se multará a quienes vayan desnudos por la calle, chillen, molesten o se peleen. El ayuntamiento ha demostrado no conocer el comportamiento del público objetivo al que se dirige.

La decisión, al no tener retorno alguno, supone un derroche para las arcas públicas. No va a servir de nada.

Si asumimos que los turistas de Punta Ballena vienen a beber como cosacos, tarea que les facilitan los dueños de los locales de ocio con deslumbrantes ofertas, los carteles pasarán totalmente inadvertidos porque ¿acaso leen los borrachos? No ya porque su punto de atención se difumine y desaparezca la concentración que requiere la lectura. O porque un borracho siempre mire al suelo y las banderolas están en alto sino porque si lograran concentrar su atención en el mensaje y lograran ver una imagen estática y no dos, la sensación de euforia les llevaría a hacer lo contrario de lo que se les ordena, solo por aparentar ser el líder del grupo. ¿Que no chille?, pues a chillar como el que más. ¿Que no te me desnude? Pues eso. ¡A mí me van a decir lo que tengo que hacer! Fuck them!

Seamos serios, quienes vienen de tan lejos para beber y hacer el burro no van a dejar de hacerlo porque lo diga un cartel. Un servidor conoce el comportamiento de estos energúmenos. Quedé impresionado cuando, siendo un niño, presencié una multitudinaria pelea con sillas volando en plena calle entre dos bandos tras un partido de fútbol televisado en un bar de Punta Ballena. Además, mi amigo Baltasar, que echa la temporada como conserje nocturno en unos apartamentos de Punta Ballena, me cuenta que rara noche no se emplea a fondo su guardia de seguridad para poner en su sitio a niñatos en elevado estado etílico que la lían en recepción. Sale a nariz rota por noche.

Y ya se sabe que dónde hay borrachos en estado etílico, existen aprovechados, folloneros, trileros, prostitutas, balconing, peleas y, como hace un par de semanas, muertes en plena calle por paliza de gorilas ¿Saben cómo llaman a Magaluf los propios turistas británicos? Shagaluf que es una combinación entre shag (acción de fornicar en inglés) y la terminación de la localidad ¿Eso es lo que Mallorca quiere?

Magaluf necesita una reconversión tal como está entendiendo parte del sector privado. Una oferta diferente que no gire en torno al alcohol y atraiga a un público diferente con comportamientos diferentes. La oferta debería tirar de la demanda. Imagino que, en sus inicios, no empezaron a venir borrachos sin más sino que lo hicieron al albur de los primeros happy hours con bebidas 2x1.

El problema es que para dar una oferta de mayor valor hay que invertir en renovación y los empresarios actuales no quieren o no pueden. Parte de la oferta hotelera lo ha comprendido y está llevando a cabo importante reestructuración en sus hoteles. Ahora falta que el resto lo entienda, así como la oferta complementaria. Ahí es donde el gobierno autonómico y el ayuntamiento deben echar una mano. Una oferta diferente implicaría un precio diferente. El precio se erigiría como regulador del tipo de clientes que consume este tipo de turismo. Las compañías aéreas deberían involucrarse también en la subida de precios. Ahora, un inglés de la periferia de las ciudades de origen paga más en taxi de su casa al aeropuerto que por el vuelo a Mallorca. También se debería contar con las autoridades inglesas que también se avergüenzan de este tipo de compatriotas.

La población de barrios pobres de Inglaterra también tiene derecho a viajar pero no es el nicho que Mallorca, y en este caso Magaluf, necesita. Los habitantes de barrios humildes palmesanos como Son Gotleu, Verge de Lluc o La Soledad en Palma no van tan lejos a pasar el verano. Es más, estoy seguro de que muchos no se pueden permitir salir de Mallorca ¿Por qué los ingleses pueden desplazarse desde tan lejos por tan poco dinero?

Mallorca está de moda. La demanda de viviendas por parte de británicos, alemanes y últimamente nórdicos, hace que suban los precios. Al tener un territorio escaso, la subida de precios es mayor que en otras comunidades. Precisamente por ser escaso, es una pena desaprovechar kilómetros cuadrados para destinarlos a turistas que manchan la imagen de Mallorca, de su propio país y dejan dudosos beneficios.

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