Como ha publicado mallorcadiario.com, hasta el momento no se ha puesto en marcha por parte de la presidencia del Govern el procedimiento para encargar la elaboración del retrato del expresident José Ramón Bauzá que tradicionalmente se cuelga en la capilla del Consolat de Mar junto al del resto de expresidentes.
Podría pensarse que solo ha transcurrido poco más de 6 meses desde que Francina Armengol es la presidenta del Govern y que no pasa de fecha, es cierto. Pero la costumbre hasta ahora era que al aprobar los primeros presupuestos de la comunidad autónoma, la presidenta llama al presidente saliente para informarle del presupuesto asignado y que decida el nombre del retratista. Pese a que se aprobaron los presupuestos a finales de diciembre, no se ha dado ningún paso para continuar con la tradición y que el cuadro de Bauzá se incorpore a la galería de presidentes.
Se trata de una cuestión de cortesía y de lealtad institucional y aunque es un tema menor, justo es reconocerlo, lo correcto es que Armengol llame a Bauzá y se mantenga la costumbre como hasta ahora. Que desde el Govern se determine un presupuesto adecuado y que Armengol se lo comunique a su antecesor para que él decida qué artista ha de realizar su retrato. Además José Ramón Bauzá es actualmente senador autonómico, razón de más para ser escrupulosos en el trato que se le dispensa al expresidente del Govern.
Por más que una diputada autonómica de Podem se refiriera a Bauzá desde la tribuna del Parlament como “muy poco honorable Bauzá”, no ha de olvidarse que con toda la legitimidad democrática derivada de unas elecciones, fue presidente del Govern, guste o no. Por tanto y al margen de la crítica política que siempre es lícita, no es conveniente denigrar gratuitamente a quien fue durante 4 años la máxima autoridad de la comunidad autónoma.
