Estos días estuve paseando por el Paseo de Calvià que, pese a los cambios de administraciones, sigue teniendo un mantenimiento correcto, aceptable, que no merece crítica alguna (no me quiero prodigar tampoco en elogios porque esto es lo que tiene que ser, por lo que pagamos los impuestos). Sin embargo, no todo iba a ser como toca. El tramo del paseo que discurre paralelo a la autopista, entre la salida de Santa Ponça y la salida de Magalluf, Son Ferrer y El Toro, que fue construido un poco después que el resto, está en estado de absoluto abandono, lleno de matorrales, sin ningún mantenimiento, con los bancos y vallas totalmente descuidados, inutilizables. Ustedes verán: me da igual si esto es culpa del Govern o del ayuntamiento de Calvià, me da igual si esto está regido por el artículo 134 de la Ley 4 o si es una norma supramunicipal, me da igual cual es el pretexto que nos den, la cuestión es que alguien encargó ese paseo, una empresa lo construyó, cobró, y desde entonces no hemos hecho el menor mantenimiento, lo tenemos totalmente abandonado. Y eso es culpa de todos los implicados, de todos los partidos, porque todos tienen que ver en esto, que es en una palabra, dilapidar el dinero público.
