Cuando se entra en la UCI, sólo hay dos salidas posibles, salvarse o salir con los pies por delante, es así de crudo, pero es la realidad. Nuestros autónomos y pymes llevan demasiado tiempo en la UCI y eso no es bueno, cada día que pasa se hará más difícil evitar el cierre, de hecho el año pasado 4.000 empresas no lo han conseguido, según los datos estadísticos, aunque sabemos que son muchas más las empresas cerradas y que todavía no se reflejan en esos datos, basta darse una vuelta por la Isla, reina la desolación, se han superado los cierres de la anterior crisis y el listón estaba muy alto.
EL porqué lo sabemos, el culpable es la Pandemia sin más, pero la pregunta esta ahí ¿se podría haber reducido el número de cierres? Y para mí la respuesta es que sí. La “buena voluntad” es sólo eso buena voluntad, pero para ayudar de forma efectiva hace falta algo más, conocer de primera mano lo que se necesita es vital, necesitas experiencia, porque por mucho que te cuenten, no te puedes hacer ni idea de lo que representa el cierre de una empresa, sus costes económicos y morales, la trascendencia que puede tener para la vida de esos autónomos y pymes. Siempre he comentado que hay situaciones en esta vida que por mucho que te creas que está preparado para ayudar o sufrirlas, hasta que no has pasado por ellas, no te das cuenta de su magnitud, como pueden ser, un nacimiento, una defunción y en menor escala podrían estar una separación, una enfermedad determinada, una lesión importante o una vivencia exigente.
Y el montar una empresa es una vivencia muy exigente, un proyecto muy ilusionante o quizás también una última salida adelante, hay muchas dudas, mucho sacrificio, anteponiendo tu vida personal, tu patrimonio ¿cómo se traslada eso y mucho más a un político que nunca ha pasado por esto y encima ahora tiene la responsabilidad de intentar mitigar este desastre? Ni tropecientos asesores, reuniones con los diferentes sectores le harán llegar nuestro problema real, nuestro drama y así lo más probable es que todo vaya a peor, porque las medidas que se toman no son las mejores y los números tristemente dan la razón a aquellos que opinamos que no se puede estar más tiempo en manos de políticos mal preparados, sin experiencia y con mucha prepotencia, ya que el hecho de aceptar un cargo sin estar con una preparación y experiencia demuestra eso o algo peor, desprecio por los demás.
Todos los que tenemos empresas sabemos que lo primero en el caso de los que tienen locales arrendados, eran ayudas directas para poder pagar el alquiler porque sencillamente si te quitan el local ya no hay empresa, ni trabajadores. También era de vital importancia la parada de la recaudación de impuestos y esa llave la tiene el Gobierno, la Comunidades y los Ayuntamientos que son los que no cobran, lejos de suavizar la situación, siguen los embargos, la multas, sanciones por no pagar a tiempo y además no hay manera como antaño, de poder tener reuniones para intentar algún aplazamiento o plan de pagos ya que no hay manera de conseguir una cita.
Sin apenas ingresos, pagando locales cerrados o con casi nula productividad y añadiendo los impuestos ya bastaba para llegar a este caos y recibiendo ayudas que únicamente cubrían parte de nuestros gastos de supervivencia, esta situación no podía acabar bien.
Nos han fallado, nos están dejando atrás, entramos en la UCI económica con la “ilusión” de todo paciente que entra en ella, de encontrarse con doctores cualificados y con experiencia para salvarnos y nos hemos encontrado con casi becarios, en cualquier caso, con nula experiencia y vamos saliendo con los pies por delante. NO OLVIDAREMOS.