El maratoniano consejo de administración del Mallorca -ha durado más de seis horas- celebrado este martes, deja una consecuencia de carácter ejecutivo importante: desaparece la figura del apoderado (tras la reciente dimisión de Blum sólo quedaba Martorell, que este martes ha dimitido) y el Consejo pasa a asumir todas las decisiones. Por ello, se reunirá una vez por semana.
Por su parte, Michael Blum se mantiene como director general del Club. El alemán no ha dejado el cargo a pesar de haber abandonar su otra responsabilidad, como apoderado, debido a su negativa a "asumir ciertas decisiones que podrían representar responsabilidades civiles o penales".






