Lamentablemente, muy a menudo vamos descubriendo que el discurso político muchas veces tiene más que ver con el número de diputados del partido en cuestión que con la ideología del mismo.
No son casos comparables (¿o sí?), pero me llama la atención el discurso del PP en dos situaciones teóricamente alejadas.
A partir del anhelo independentista que riega ciudades y pueblos de Catalunya, el discurso de la líder popular catalana, Alicia Sánchez Camacho está sustentado en que CiU y ERC están dividiendo a la sociedad catalana, que con su persistencia separatista han creado una línea divisoria entre los independentistas y la mayoría silenciosa que está bien como está. Por tanto, el PP denuncia la división de la sociedad.
En Baleares, llega el TIL. Y llega a trompicones y con un fuerte rechazo en el mundo docente y también político. El TIL lleva implícito un mar de virtudes. Estoy convencido de ello. Sin embargo, este ir deprisa y corriendo y con muchas dudas sobre sus resultados por la falta de capacitación de los profesores que tendrán que impartir sus materias en inglés ha generado la crispación en la que estamos. Crispación que, hay que asumirlo, está también muy politizada. Con la sociedad balear dividida entre el Sí al TIL y el No al TIL, no escucho a Bauzá reconocer una división en la sociedad causada por la forma de aplicar el decreto. ¿Aquí no se divide la sociedad en dos mitades?.
Claro, en Catalunya hay que denunciar división porque no se gobierna, y en Baleares se puede ignorar esa división y no analizar las secuelas sociales porque "hay que tomar decisiones". Políticamente, en el TIL el PP está solo. En contra, PSIB y Més. Ayer constatamos a través de mallorcadiario.com que también rechazan el decreto UPyD, EU y el PI.
No es el mismo discurso si tienes mayoría y gobiernas que si estás en la oposición.





