INGREDIENTES: Aprender a decir que no, marcar tus propios límites, un alto nivel de observación, no tener pena y no guardar relaciones que no nos aporten nada como personas.
ELABORACIÓN: Esta receta no es de fácil realización, pero debe de tomarse a sorbos pequeñitos, o es posible que nos quedemos sin familiares , ni amigos a nuestro alrededor.
Primero coge las gafas de ver y observa con determinación a las personas con las que te relacionas día a día, ¿cómo te quedas cuando hablas con ellos?, ¿te sientes muy feliz o te sientes desdichado o triste, como si te faltara energía tras una conversación con ellos, o preocupado y sin fuerzas, cuando cuelgas el teléfono o te vas a tu casa?.
Si te sientes desdichado o triste, sin energía y sin ganas de hacer nada, estás ante un vampiro emocional en toda regla.
Primero deberemos aclarar el concepto de “vampiro emocional”.
Son esas personas que se juntan a ti y te chupan cada gota de energía, como si de lapas se tratara y absorben cada sorbo de aliento positivo que tienes en tu interior, cuando estás a su lado y en vez de alegrarte el día, hacen que te sientas mal o enfadado, ¿los reconoces?.
Bien, todos tenemos personas de esa naturaleza a nuestro alrededor. Hago un pequeño inciso antes de continuar con esta receta, o puede que nos salga mal la misma. En ocasiones esas personas pueden ser nuestras parejas, hijos o padres, o incluso ese amigo con el que compartimos nuestros secretos más íntimos desde secundaria, así que tenga claro que a algunos de ellos no los podremos eliminar del todo de nuestras vidas, pero si podremos aprender a alejarlos para que nos dejen vivir tranquilos.
Continuaremos cogiendo el ingrediente principal que es: “no tener pena por dicho ser”, ya que estos seres suelen ser victimistas profesionales y saben muy bien donde herirnos y como tocarnos nuestra vena sensible.
Ahora introduce este ingrediente en la olla de “no guardar relaciones que no nos aporten nada como persona” y añade “aprender a decir que no” y el ingrediente “marcar tus propios límites” y ponlo todo a hervir.
Tras una hora de cocción sácalo y comienza a hablar con dicha persona en los siguientes términos:
- Entiendo que te encuentres mal por……, no obstante debes de saber que tu negatividad no te ayuda ni a ti ni a mi, por lo tanto te sugiero que cambies de actitud para que podamos mantener una comunicación fluida entre los dos y esta relación nos sirva para crecer a ambos.
Al principio debes de saber que los vampiros emocionales, se resistirán a tus palabras y argumentarán un sinfín de razones por las que tienen dicho comportamiento, pero verás que poco a poco irán alejándose de ti, buscando otro ser al que chuparle la energía o tal vez, si la receta de hoy te ha salido excelente, consigues que cambien de actitud y comiencen a ver la vida en positivo.
Soy consciente de que al principio nos costará bastante poder llevar a cabo dicha receta, pero como decía mi profesor de cocina: - ¡Quien sabe leer, sabe cocinar!