La décima gala del programa Supervivientes se caracterizó por dos elementos: la mejor audiencia en todo el concurso, alrededor de 4 millones de espectadores, y los insultos y burlas de Jorge Javier Vázquez a Aída Nízar y a su madre. Todo comenzó con una conversación de las concursantes Aída y Rosa Benito, cuñada de Ortega Cano, sobre el torero. Con preguntas como “¿dónde se quiere enterrar Ortega?” o “¿qué ocurriría con sus hijos si le pasase algo?“, Aída planteaba el accidente de Ortega Cano que Rosa desconoce, por lo que no sé explicaba a qué venía aquel interés repentino. Tras ver el vídeo, Jorge Javier conectó con Aída para tratar el tema. "Lo que te podemos decir desde España que todo ese cariño que tu dabas en el plató... te lo dejaste en Madrid, ¿No?" La palabra es asco, bochorno, vergüenza, consternación... ¿Cómo se puede ser tan mala persona?, ¿Cómo se puede jugar con los sentimientos de esas familias?" Mandándola callar, el presentador continuaba: "Hubiera empleado otro término que empieza por 'h' y termina por puta. ¿Tú te crees que es digno hablarle a Rosa de dónde le gustaría ser enterrado Ortega Cano cuando ha estado semanas...? ¡No voy a seguir hablando con una enferma!" Pero tras esta ‘conversación’ la madre de Aída, Mª Ángeles, que se encontraba en el plató, retó al presentador a volver a repetir las palabras y Jorge Javier no lo dudó: "Si yo estuviera en la calle la hubiera llamado '¡hija de puta!".
