La historia oficial y oficialista no cuenta que en tiempos en que el Mallorca estuvo presidido por el Barón de Vidal quienes seguíamos diariamente la información del club desde los distintos medios de comunicación, reducidos entonces a tres emisoras de radio y otros tantos periódicos en cuyas secciones deportivas no trabajaban menos de tres o cuatro redactores, éramos citados en el Lluis Sitjar para recibir la felicitación navideña del presidente y un aguinaldo. Tras el “besamanos”, el conserje nos acompañaba amablemente a retirar nuestro presente en un espacio enrejado y con serrín en el suelo que se había habilitado en los bajos de la tribuna cubierta, donde años después, se ampliarían las oficinas. Pues si, allí teníamos el regalo que no era ni más ni menos que un pavo.......¡vivo!. Es verdad que para acarrear al pobre animal le ataban las patas, pero no recuerdo que ni yo mismo, ni colega alguno terminara llevándose el bicho a casa. Por lo menos que yo lo viera con mis propios ojos.
Si a 24 horas de una reunión de la junta de accionistas del Real Mallorca SAD que puede decidir o, como mínimo, marcar el futuro de la entidad, la noticia es la copichuela de navidad, algo va mal en Son Moix. Y si el presidente del consejo de administración y el consejero delegado están para pachangas y, a falta de pavo, deciden hacer el endiot, aún peor. Desde luego no me imagino a Florentino Pérez, Bartomeu o Fernando Roig en plan payaso ante los informadores, con camiseta enfundada en su afán de caer en gracia ya puestos a no ser graciosos. Las comparaciones, claro, son odiosas.
Personalmente no tengo nada contra este tipo de tradiciones, pero si uno se encuentra enfermo y en el hospital no está para chistes, ni cava, ni brindis. El Mallorca, no lo olvidemos, se encuentra en posición de descenso, en una situación económica precaria, a punto de aprobar una reducción de capital de ocho millones más otros cinco dentro de medio año y, la verdad, el horno no está para bollos ni el circo para fiestas. Si tiene que haberlas, absténgase los dirigentes de dar el cante.






