Médicos, enfermeras y auxiliares de hospitales públicos y privados, farmacias de guardia, transporte público, cocineros y camareros de bares y restaurantes, actores y actrices de teatro, personal de taquillas y acomodadores en salas de cine, panaderos, policía local y nacional, guardia civil, aeropuertos, puertos, marineros, pilotos y azafatas, periodistas, personal de rotativas y paginación, medios audiovisuales como la radio y la televisión, gasolineras.......en fin, la lista de profesionales que se ven obligados a trabajar durante las fiestas navideñas y de fin de año es interminable. Todos menos los futbolistas, esta serie de millonarios del balón que hace años decidieron reivindicar su derecho a gozar de estas fechas como otros ciudadanos, aunque no todos ni mucho menos. Los señoritos se han de reunir con sus familias, pero todos los mencionados en las primeras líneas de este “Cristal” no. Solo que la inmensa mayoría de ellos no ganarán en toda su vida lo que a los “esclavos de oro” del balón se les paga por un año de contrato. ¿Nos hemos vuelto todos locos?. La respuesta es sí, al menos en España.
En Gran Bretaña las vacaciones escolares de diciembre se aprovechan para las competiciones deportivas y, en concreto, el fútbol. El martes se celebrará allí el “boxing day”, familias completas llenan las gradas de los estadios, la liga no se interrumpe y se premia a la afición.
Asi era aquí también cuando uno era más joven, pero las buenas costumbres se pierden y ya ni siquiera en las películas ganan siempre los buenos. Estos fenómenos que trabajan 2 horas al dia y cobran un pastón, no perdonan tampoco el dia libre semanal, tienen un mes o mes y medio de descanso estival y no les pidan que trabajen entre nochebuena y nochevieja, esto es de pringados.
