Cuidado con la pegatina

Esta semana, Palma ha vivido uno de esos días que los agoreros temían este año más que ningunos otros. Fue el miércoles, y con la isla a tope de turistas. Amaneció lloviendo y todos los visionarios y catastrofistas que anuncian el año del colapso y la saturación ya se frotaban las manos desde buena mañana.

Pasó lo que pasa siempre y se llenaron los aparcamientos de la capital, la Seu recibió más visitas que nunca, el tráfico se endemonió, los restaurantes y comercios hicieron la caja del siglo, Festival Park tenía lleno el aparcamiento a las 11 de la mañana, y la ciudad superó la prueba con un cinco pelado. Como cada año. Como volverá a suceder 3 ó 4 veces más durante este verano, a la que desde la habitación del hotel no se vea un cielo despejado.

Este miércoles, sin embargo, en la capital balear se registró la nada habitual cifra de 30 accidentes de tráfico. Todos leves, por suerte. Llovía. Todos le echaron la culpa a la lluvia.

Pues bien, la lluvia no fue la única causante de tanto choque, golpe, frenazo y siniestro. Quien firma este artículo se encontró justamente el miércoles con uno de esos días en los que hay que hacer muchos kilómetros de idas y venidas tanto por las calles del centro, como por la Via de Cintura y la autopista del aeropuerto hasta Platja de Palma. Salir de la redacción está muy bien. Ves el comportamiento de la gente al volante en un día complicado.

Atasco tras atasco puede comrprobar el elevadísimo nivel de coches de alquiler que se mueven junto a nosotros, en el carril de al lado, justo delante nuestro, o justo ante nuestro espejo retrovisor. Y, visto lo visto, 30 siniestros me parecen pocos, muy pocos. Cambios súbitos de carril, pero de dos en dos, del izquierdo a la salida por la derecha; circulación a 50 kilómetros por hora en el carril de la izquierda esperando ver el indicador que alguien le habrá recomendado al extranjero conductor que debe utilizar para ir a tal o cual sitio; cambios de sentido súbitos porque nos hemos pasado el desvío que anuncia el navegador de nuestro smartphone, etc... No me lo han contado. Lo he visto y sufrido.

Hecho el relato, uno al asunto la noticia de que este año vuelve el refuerzo de agentes para Policía Nacional y Guardia Civil. Es la operación 'bikini' de la policía en zonas turísticas. Lo peliagudo es que los agentes no vienen a reforzar nada. Vienen a sustituir a los que en verano se quieren marchar de vacaciones. Y la cifra que van a la sección de Tráfico son pura anécdota, calderilla.

Pido mucho agente de Tráfico y Policía Local en las vias más transitadas. Esto se pone a tope y hay mucho despistado. Ya saben, además, que por las carreteras con vistas más espectaculares el coche de alquiler que va delante va frenar en cualquier curva para hacer una foto y nos lo vamos a comer por detrás. Y usted pensará que mejor que los agentes patrullen por Platja de Palma y Magaluf que destinarlos a mi petición. ¿Seguro?. Piensen un poco donde hay más inseguridad y riesgo estos meses.

La manta es corta y no da para llegar a todo. Asumido este hecho, ayudemos a los cuerpos de Seguridad. Sugiero que Palma inicie un proceso de mejor señalización de vias, casco histórico, accesos, cambios de sentido, hoteles, lugares visitables. Es histórico que en este campo sufrimos un gran déficit. De momento, ya informamos de cómo están de llenos los parkings. Falta mucho más.

Menos mal que los coches de alquiler llevan pegatina. Mantengan la distancia de seguridad.

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