Seguramente, la isla de Mallorca es el lugar con más fiestas de España, que por extensión debe ser del mundo. Después de Reyes, seguimos con la tradición y ya preparamos torradas y foguerons para Sant Antoni y Sant Sebastià. Mucha fiesta y alegría para pasar el invierno, el frío y la mala racha. Estas, serán una fiestas más animadas, si de verdad empieza a llegar dinero. Y llegará porque los poderes públicos y los empresarios en general son conscientes de que ha empezado la campaña electoral. Y esta vez, tal vez como nunca, hay muchísimo en juego. Cuando hablo con gente joven, con empresarios, con personas adultas y compañeros de trabajo, todos coinciden en el mismo análisis: todo va a cambiar. No importará tanto quienes van a gobernarnos, lo que importa es qué podrán hacer para mejorar nuestras vidas. Unos aseguran que la entrada de nuevos partidos terminará con el bipartidismo. Otros hacen cuentas y aseguran un triunfo de los socialistas con el poyo de otras fuerzas de la izquierda. También hay quien espera que el PP sea el más votado y con el 30% de los votos, pueda gobernar en minoría. Todos coinciden en que habría que cambiar el modelo electoral. Ir a una segunda vuelta y a listas abiertas. De hecho, el peligro de los nuevos proyectos es que ya empiezan llenándose de personas que se han pasado la vida cambiando de chaqueta esperando sacar beneficio de su voto. Hay sinvergüenzas imputados en causas judiciales. Otros muchos que se salvarán pero que deberían pagar por sus actos. Sea como fuere, serán meses en los que oiremos a muchos conocidos pedirnos el apoyo a su partido. Cada uno decidirá si vota y a quién. De entrada, hay que reconocer su valentía y entrega a la sociedad al salir a pedir el voto, con todo lo que pasa y pasará. Pero esto es la democracia y nuestra obligación es participar activamente. No vale decir que todos son una pandilla, aunque yo lo diga. Hay que implicarse y tomar partido. Otra opción solo beneficia a los grupos de extrema derecha e izquierda. Los fascismos democráticos modernos que nos atrasan 80 años, como está pasando en muchos países de Europa. Disfrutemos de la fiesta, de las torradas y del baile, que es enero en Mallorca. Y defendamos nuestros ideales, nuestras convicciones y nuestros deseos. Todos, todos, saldremos ganando.
