En mi empresa Vilas Talentum, nos dedicamos a externalizar departamentos de recursos humanos, esto significa, protocolos de actuación, selección de personal, coaching y formación, añadiendo valor a las organizaciones que quieren avanzar en su día a día.
Y posiblemente una de las cosas más complicadas que hacemos sea la selección de personal, ya que hoy por hoy, ni el trabajador, ni el empleador, están contentos en sus empresas.
Son muy pocos los empresarios con los que me encuentro, que me digan que no tienen problemas en lo relativo a su personal, bajas y enfermedades variopintas, conflictos constantes, bajo rendimiento… y un sinfín de quejas que recibimos por parte de las empresas.
Por otro lado los trabajadores descontentos con sus condiciones salariales, poco pagados, en muchas ocasiones con salarios que no llegan casi ni para vivir, desmotivación absoluta en su día a día, poca profesionalidad y cansados de jefes y compañeros que les hacen la vida imposible.
Y me pregunto yo, ¿siempre fue tan dura la vida profesional o es que ahora tenemos expectativas por ambas partes que no se pueden cumplir?, ¿dónde comenzó esta crisis profesional, que parece tener una difícil solución?.
Desde mi punto de vista todo comenzó con la sociedad de la abundancia, los hobbys y la famosa conciliación familiar, en una sociedad como la nuestra poco madura empresarialmente hablando, donde el tejido empresarial está representado, sin ir más lejos en la comunidad Balear, en un 54,4% por autoempleados, sin trabajadores a su cargo, el 41,7% son microempresas de 1 a 9 trabajadores, el 3,28% son pequeñas empresa de 10 a 49 trabajadores y el 0,09% son grandes empresas con más de 250 trabajadores.
Antiguamente ese 54,4 % de autónomos o ese 41,7% de pequeños empresarios, asumían que tendría que trabajar 6 días por semana a una media de 10/12 horas y que de esa forma podrían acabar teniendo unos ahorrillos y una jubilación medianamente decente.
Pero hoy en día, esa gente quiere conciliar su vida personal con la profesional, piensan más en ir a esquiar o de vacaciones que en el bienestar de sus empleados o de sus empresas y se sienten totalmente frustrados porque el tiempo no les da.
Y por parte de los trabajadores, que antes asumían que podían llegar a poco y tener vidas sencillas, siempre y cuando no hubiera mucha formación y un puesto directivo, ahora quieren tener móviles de última generación, vacaciones a la nieve y al extranjero en verano y claro con esos salarios que no llegan para casi nada, es complicado poder salir hacia adelante.
Si a eso le unimos unos impuestos que nos matan y que a ese 54%, se le va todo el beneficio en pagarlos y se quedan con salarios iguales o parecidos a los del empleado, tras pagar a todo el mundo, la bomba de relojería ya está activada.
Por tanto, ¿de qué recursos disponemos para poder seguir viviendo en nuestra sociedad actual?.
Por eso se necesitan apoyos como el que nosotros ofrecemos a las empresas, para acompañar a los empresarios y a los trabajadores a gestionar la frustración que les genera estar así, donde intentamos conciliar a ambas partes y ayudarles en la resolución de sus conflictos y hacerles la vida más feliz, abogando por el bien de ambas partes.