La llegada de Joaquín Caparrós ha conseguido devolver la tranquilidad al vestuario bermellón, pero no así a la cúpula directiva del Mallorca que sigue enfrascada en su particular lucha de poder. Llorenç Serra Ferrer ha reconocido en el programa `A Contracop’ de IB3 que de poco o de nada sirvió el pacto de no agresión al que llegaron los consejeros de la entidad porque “se traicionó” desde el primer momento. Sobre la figura de Pedro Terrasa ha preferido guardar un significativo silencio, aduciendo que los micrófonos de IB3 no eran el lugar idóneo para expresar su opinión. Aunque sí que se ha permitido una pequeña licencia y ha vuelto a remarcar que fue el propio Pedro Terrasa el que le pidió que entrara al consejo de administración cuando la situación era “muy delicada” y no había “ningún empresario” interesado en reflotar la nave bermellona. Otro de los puntos en los que el pobler se ha mostrado muy categórico ha sido en la mejora de la situación económica del club. Ferrer califica su gestión de “brillante” ya que heredaron un déficit de 16 millones de euros y han conseguido una superávit de 11 millones de euros. Respecto a la polémica que enfrenta a la Federación de Peñas del Mallorca con Biel Cerda, Serra Ferrer ha pedido que le dejen “hacer su trabajo” puesto que está inmerso en la operación de venta de la parcela del Luis Sitjar, por lo que hace oídos sordos a la petición de cese que exigen las peñas y le reafirma en el cargo.
