El director general de Universidades, Miquel Deyá, se sintió "solo y abandonado" la pasada semana en la inauguración del curso académico de la UIB, donde, como era de esperar, estallaron las protestas contra el TIL.
Fuentes de la Conselleria aseguran que Deyá está irritado porque "en esta vida hay que ser valiente. Si se ha impulsado el TIL se ha de asumir con todas sus consecuencias, cara alta, sin esconderse", comenta su entorno. Como se sabe, el president Bauzá, la consellera Camps y secretario autonómico Estarellas hurtaron el bulto y no acudieron al solemne acto universitario, dejando a Deyá solo ante el peligro y rodeado de Miuras El entorno dice que Deyá no piensa en dimitir, pero asegura que está muy decepcionado por como se conduce políticamente el conflicto del TIL: "algunos se meten en la madriguera cuando pintan bastos".
Deyá, de sólida formación histórica, desprecia la cobardía. El director general es fiel al viejo e inmortal principio romano: Nec timede, nec temere (ni tímidos, ni miedosos).
