Siempre me he preguntado porqué sólo hay un día de reflexión previo al día de la elección. Creo que deberíamos reflexionar más sobre ciertos acontecimientos que nos han condicionado el presente, han alterado el futuro y la que nos puede caer el día después del gran día, cuando les habremos otorgado nuestra confianza y muchos se vayan con licencia de vacaciones a Europa.
Más que día de reflexión, debería llamarse el “Día de la Desintoxicación, -que tampoco sería suficiente- porque miren que nos han mareado días y más días los “creadores”. Estos “resabios” de la publicidad que orquestan y dirigen las campañas. ¿Quiénes designan a estos cabestros que nos sirven siempre el mismo menú y nos intoxican con sus mensajes y puestas en escena ? No hablemos de ciertos “asesores de campaña”. Sin ir más lejos, miren lo que le han hecho al bueno de Cañete permitiendo que meara fuera de tiesto...una vez más.
He recibido en mi castigado buzón, una carta del señor Cañete y otra de la Señora Valenciano, en la que, tras recordarme que el 25 de Mayo tengo una importante cita me dice “uno”, lo bien que lo han hecho el Gobierno de España “vamos en buena Dirección y nos queda mucho por hacer”. La otra me recuerda lo mal que estamos y lo mal que lo han hecho los otros en España y en Europa. Al tiempo, me mandan en una papeleta, una ristra de sesenta nombres para que elija y deposite. Pues tengo un problema gordo, porque, me ha dado por fijarme en los últimos de la ristra, que son los suplentes, y, me encandilan más, que los y las primeros primeras espadas. ¿Qué hago? Es que no tengo remedio, mira que fijarme en los últimos de la fila.
Quedan días para reflexionar antes de que llegue el día de reflexión. Mientras, propongo que ayunemos y desintoxiquemos las neuronas que aún pueden pensar y ofrecer propuestas razonables, para que la voluntad limpia de intoxicaciones pueda elegir con sobriedad.
Los hay que ya lo tienen pensado desde hace tiempo. Son seres “superiores” desde luego, que han ido a los mítines, han aplaudido de forma moderada o intensa y que el día de reflexión será para ellos un día más de ocio y relajación, porque saben que todo está bien atado. Son los que acuden a las urnas con el voto inyectado desde la cuna y para siempre. Así, van seguros al Colegio Electoral, con paso decidido se presentan ante el Presidente de La Mesa, le dan su voto y se quedan con la cara de pleno al quince, sabedores de que su papeleta, siempre toca.
Existen otros de especie muy parecida a la anterior, que no necesitan día del reflexión ni nada que se le parezca, en todo caso un día del botellón, que lo tienen claro de por vida porque: “ yo soy del Madrid de toda la Vida, tú del Barça, usted del Atletic y el otro der Betis manque pierda la categoría”. Y que !Viva la Roja!
Creo que es hora de hacer mutis. Voy a reflexionar por lo menos....unos trecientos sesenta días más. Me daré otra vueltecita cabalgando en este mundo.
!Silencio!...se vota.
Que ustedes lo voten bien.
