La intervención de microcilindros consiste en coserle de manera microscópica un injerto al poco pelo que queda en la cabeza. Se supone que es la mejor técnica no quirúrgica contra la calvicie, no deja rastro y es prácticamente imperceptible. Este viene a ser como unas mini extensiones en cada pelo.
Aunque los inconvenientes son dos: su elevado precio, que ronda los 60.000 dólares y que tiene que retocarse cada seis semanas aproximadamente, vamos nada que su cartera no pueda lograr. Esta técnica está patentada por la Clínica Ivari, que para añadir más leña al fuego, tiene su sede en la Torre Trump, donde el magnate tiene sus propias oficinas.
Además es imposible localizar al doctor Avari, al cual y según diferentes medios estadounidenses le han retirado la licencia de medicina más de cuatro veces por denuncias, desde que llegó a Estados Unidos, según relatan los mimos medios americanos.