Es la segunda vez en tres días que Fernando Vázquez arremete contra Timon por su comportamiento antideportivo del pasado domingo ante el trío arbitral, que le ha supuesto una suspensión de tres partidos. No satisfecho con ello, anunció públicamente que también será sancionado por el club y que él mismo propondrá que se le aplique una multa superior a la que establece el reglamento interno de la entidad. Supongo que debe referirse al mismo que implantó Utz Claassen en el que se penalizaba, entre otras faltas, la de llevarse papel higiénico a casa. En fin.
Seguro que el entrenador gallego está convencido de que aireando estas cuestiones internas lo hace bien. Supongo que como una forma de exteriorizar su autoridad frente al vestuario o una advertencia al grupo. Sin embargo un proceder contrario a los códigos tácitos del fútbol que, lo mismo que afirman que lo que sucede dentro del campo se queda en el campo, lo que ocurre en el vestuario no debe salir del vestuario.
Si yo fuera el joven cancerbero alemán, pediría el rescate al Schalke 04, de donde vino, antes de pasarme el resto de la temporada haciendo banquillo. Si tiene alguna duda que llame al “Mono” Burgos. Si, además, su técnico reconoció que ha pedido el fichaje de un tercer portero, interpretaría que mis propias barbas no están sólo en remojo sino en la silla de afeitado. En efecto a Cabrero se la pintan calva. No todos están de acuerdo en aplicar la disciplina individual a costa del beneficio del equipo. No hablamos de fútbol en edad escolar, sino de un montón de profesionales en uso de razón y conscientes de su opinión propia.
