¿Se puede estar todo el día diciendo que las cajas de ahorros tienen un agujero, que están en crisis, que corren peligro y que no lo noten sus números? No, por supuesto. En 2010 (exceptuado diciembre, aún no computado) la banca aumentó su captación de recursos de clientes en 58 mil millones de euros mientras las cajas perdieron 26.000 millones. Lo mismo sucede en casi todos los demás indicadores, pese a que aún las cajas son una parte trascendental de nuestro sistema financiero. Sin embargo, mientras esto marcha de esta forma, el presidente del Gobierno ante el Financial Times y el director general de la Confederación de Cajas de Ahorros, José Antonio Olavarrieta, ante el ABC, afirman que ahora, cuando la mayor parte de las cajas se van a convertir en bancos (Sa Nostra pasa a ser parte del Banco Mare Nostrum, por ejemplo) vendrán inversores que tendrán interés en poner dinero en estas entidades. Más de un analista se pregunta quién puede tener interés en invertir en las cajas, cuando su estructura interna, pese a la modernización llevada a cabo al convertirlas en bancos, aún es muy confusa. Quién va a invertir en unas entidades que están financieramente en un estado muy delicado y cuando los bancos, que están en Bolsa, son una excelente oportunidad de inversión. La cúpula de Banesto, que compareció estos días ante la prensa para presentar sus datos del 2010, dijo que no piensan entrar en ninguna caja. El Consejero delegado, García Cantera, insistió en que este banco piensa aumentar con “crecimiento orgánico, en la captación de clientes, tanto particulares como empresas, de otras entidades". Los datos de 2010 confirman que es más fácil para la banca 'robarles' clientes a las cajas que comprarlas. Para el consejero delegado de Banesto, el proceso de concentración de las cajas "no ha hecho más que empezar y va a llevar su tiempo". Eso sí, "si las cajas no consiguen captar capital privado", tendrán que tomar decisiones. Añadió que "tenemos la obligación de estudiar todas las oportunidades que surjan en las cajas" pero que su estrategia no va por comprar cajas. Los datos de lo que ha pasado en 2010 apuntan a que la banca está creciendo a costa de las cajas. Ayer se conocieron algunos datos: en 2010, hasta noviembre, los bancos se llevaron el 86 por ciento de todo el negocio nuevo creado en España mientras que las cajas sólo captaron el 14 por ciento. Dicho en otras palabras: los bancos están asumiendo nuevos riesgos mientras que las cajas están congeladas, buscando rascar todo el dinero que puedan para sanearse. Más datos: la banca concedió 19 mil millones de euros adicionales a sus clientes, mientras que las cajas sólo crecieron en 3 mil millones. Pese a que el negocio nuevo sufrió esta variación tan favorable a la banca, esto no basta para cambiar el panorama: los bancos tienen colocados 838 mil millones y las cajas 900 mil. El mercado interbancario, el dinero que unas entidades se prestan a otras, demuestra que las cajas están en crisis. Los bancos bajaron estos préstamos sólo en 1800 millones (hasta los 174 mil millones) mientras que las cajas redujeron su presencia en este mercado en 15 mil millones, hasta caer a los 40 mil millones. Más preocupante es que durante este año los depósitos de la clientela crecieron en la banca en 58.000 millones de euros y los de las cajas descendieron en 26.300 millones. Aquí ambas partes se acusan mutuamente de haber desencadenado guerras para captar dinero. Los analistas, ante este conjunto de datos, y la profunda certeza de que es necesario capital adicional en grandes cantidades, especulan con la posibilidad de que el Fondo de ayuda a las cajas (Frob) entre en el capital de estas entidades, convirtiendo sus aportaciones en participaciones. La otra opciones que se baraja es la de colocar dinero de las cajas entre los clientes, mediante alguna fórmula abierta y agresiva.





