La política del “divide y vencerás”, atribuida por unos a Julio a César y por otros a Maquiavelo, parece ser la máxima de Vicenç Thomàs, porque con el acuerdo de carrera profesional ha conseguido no sólo dividir a los sindicatos sino enfrentarles con premeditación y alevosía. Y nada mejor que mermar la fuerza sindical. No es lo mismo tener que negociar con un grupo unido, dynamico y defensor de los mismos intereses, que quedarse sólo con cuatro y dejar fuera de juego a los representantes de los profesionales de la Medicina y la Enfermería, precisamente, los más combativos, los que más problemas le han dado y más dolores de cabeza le han provocado a lo largo de estos cuatro años de legislatura. Es la primera vez en la historia de la sanidad de estas Islas, en la que un conseller decide gobernar contra dos pilares fundamentales del sistema sanitario. Sus enfrentamientos con los médicos son harto conocidos, su inquina hacia el sindicato que les representa también, tal vez porque no se lo han puesto fácil, pero ello no justifica la campaña de desprestigio que ha llevado contra ellos a lo largo de este tiempo. Y ahora, llega la última decisión, digna de un político de altura, de un estadista de primer nivel, la de excluir de las comisiones de evaluación de la carrera profesional a quienes no han firmado el acuerdo, pese a que les afecta directamente y son los que más tienen que decir. Y como siempre, les lanza a los pies de los caballos y, por boca de los firmantes, les convierte en “peseteros”, en personas que sólo buscan ganar más dinero en tiempos de crisis económica, sin tener en cuenta al resto de trabajadores de la sanidad balear. Los médicos y enfermeros de Baleares, además del resto de titulados universitarios, son, por obra y gracia de nuestro conseller de Salut y su segundo de a bordo, el máximo responsable del Ib-Salut, Josep Pomar, los malos malísimos de la película, los insolidarios, los que quieren cobrar más que nadie, los que no entienden que estamos en crisis -como si no lo hubieran notado en sus sueldos- y los que, en definitiva, quieren impedir que el resto de trabajadores pueda tener una carrera profesional. Muy bien hecho, señor conseller, me quito el sombrero imaginario ante usted. Lo ha conseguido, ha desviado la atención de su gestión y ha hecho que no sólo los sindicatos presentes en la Mesa Sectorial de Sanidad se enfrenten entre ellos sino que lo hagan hasta los trabajadores. Puede sentirse orgulloso, todo un logro.
