El principal atractivo del circo de Son Moix reside en la capacidad de sorpresa que genera la ineptitud de sus dirigentes, con Maheta Molango al frente. Cada día nos reserva un nuevo número, a cual más acrobático. Imaginación no les falta y desconocimiento, tampoco.
Antes de que la Ponferradina se pregunte por el historial de Nestor Salinas, presentado hace apenas unas semanas como un extraordinario logro de la dirección deportiva mallorquinista, conviene aclarar que este buen muchacho que, dicen, iba para estrella, se lesionó gravemente hace un año y medio y no ha podido recuperar su tono físico, ni su ritmo de competición. La última temporada en el Mirandés, compañero del Mallorca en su descenso a los infiernos, se la pasó en blanco. Se lo endosaron a Vicente Moreno y ahora tapan con un fichaje su monumental metedura de pata.
Pero aquí no termina la función. La segunda víctima ha sido Jony, del que destacaron sus lazos familiares por ser hermano del futbolista del Atlético de Madrid, Saúl, su gran experiencia en la categoría y por haber disputado 32 encuentros con el Alcoyano. Igual que Fran Grima o Miguel Nuñez no ha jugado un solo segundo pese a convertirse en uno de los pesos pesados del vestuario, lo que se deduce de su nombramiento como uno de los capitanes de la plantilla.
Fichajes a bombo y platillo que, iniciada la competición y a 24 horas del cierre del mercado, se han dado cuenta de que no servían. ¿Habrá siguiente?. No lo descarten porque el último recién llegado, Giner, procede del Nastic con el que, en peligro de derrumbe, solo disputó 13 partidos de liga. Juega de extremo izquierdo, posición en principio cubierta y estuvo a las órdenes del actual entrenador mallorquinista. Ah, ¡ojo al dato!, también tiene antecedentes familiares ya que es hijo del que fue zaguero del Valencia del mismo apellido, claro.
Y Sarver allá en Arizona, tan contento el hombre.
