Es absolutamente inaceptable e inadmisible que un concejal profiera un comentario como el que ha realizado el concejal y portavoz socialista en el consistorio de Lloseta, Chema Muñoz. Refiriéndose a una concejal de la oposición, concretamente a Pepi González, de Socialistas Independientes de Lloseta, apuntó a que “si se da amor, se recibe amor”, pero “si incordias todo el día recibirás una paliza”.
Este comentario propio de un matón es inconcebible en alguien que es representante de los ciudadanos en un ayuntamiento democrático. Rápidamente el PSIB pidió disculpas en nombre de Ferrer, como si este se hubiera quedado mudo de repente y no pudiera hacerlo él mismo en persona y públicamente, que es lo procedente.
Es por ello que Muñoz ha quedado deslegitimado absolutamente para ejercer la política municipal y no le queda otra opción que dimitir de su cargo de concejal. Como no es previsible que lo haga, lo adecuado sería que su partido se lo exigiera, además de adoptar contra él algún tipo de medida disciplinaria o expulsarlo directamente del PSOE. Porque no se trata de un comentario “desafortunado”, como lo ha calificado el PSIB, sino de una incursión en la amenaza verbal con el ejercicio de la violencia contra una mujer que los socialistas no debieran tolerar en modo alguno.